martes, 10 de junio de 2008

Piedad y el Alka Seltzer


Por: Juan David Ramírez Correa - Medellín - Publicado el 10 de junio de 2008 - Piedad Córdoba me tiene triste. Triste porque es incomprensible que una figura pública, con tantos años en la política, se haya convertido en una adalid de lo que todos los colombianos rechazamos: la violencia de las Farc. Su comportamiento no es explicable y mucho menos justificable. No es posible que por su aversión contra el Gobierno actual haga apología de la violencia, en favor de la causa chavista, de la cual hemos visto más fantochadas que reales beneficios para el desarrollo de América Latina.La semana pasada dijo esto: "Colombia necesita muchas María Cano vivas, muchos Camilo Torres vivos y muchos hombres que sean capaces de resistir la lucha así como lo hizo también 'Manuel Marulanda', luchando contra el establecimiento". ¿Exaltar a Tirofijo, quien fracasó en su objetivo de tomarse el poder por las armas y murió como ningún revolucionario quisiera hacerlo: de muerte natural? Si necesitáramos más Marulandas, ¿cuántas prótesis más requeriríamos para los soldados y los civiles que perderían sus extremidades por culpa de las minas sembradas por las Farc? Pareciera que Piedad olvida que, según el Observatorio de Minas, entre 1990 y el 2006, 4.575 personas han sido víctimas de las minas quiebrapatas, entre ellos 476 niños y 1.600 civiles. ¿Si hubiera otros dos Marulandas, el dolor causado en Bojayá se repetiría por dos en más pueblos del país? Y los secuestrados ¿a cuánto aumentarían? Recuerde que Marulanda juró y perjuró -y hay documentos fílmicos que así lo demuestran- que las Farc no secuestraban. Piedad, no solo se lo digo yo, porque le aseguro que de 10, 9 se lo dirán, una cosa es hacer oposición y otra cosa es hacer apología de los violentos. Tirofijo nunca será bien recordado. ¡Si hasta su única tía viva lo llamó bobo! (El Espectador, 8 de junio de 2008). Y créame, lo suyo sería medianamente justificable si no fuera por la forma que le da, porque muchos disentimos de algunas acciones del Gobierno, muchos no compartimos cosas que suceden en el país del Sagrado Corazón, muchos queremos verdadera justicia para las víctimas del paramilitarismo y la liberación de los secuestrados y a muchos nos choca cuando el Presidente (a quien usted insulta como si se tratara de un asunto de verduleros) se crea Batiuribe o Superálvaro, pero, tampoco, Piedad, tampoco, a un mandatario no se le puede insultar de esa forma ni tildar al Estado de vendido y al servicio de la mafia. Gústele o no, es un gobierno elegido de manera democrática, así como a usted también la eligieron sus partidarios. No, Piedad, a las Farc no hay que defenderlas, porque ellas mismas perdieron la oportunidad de defenderse al no querer hacer la paz. Puede que a muchos les guste su estilo frentero y sin pelos en la lengua. Y créalo, a muchos que no comparten su comportamiento les molesta que la insulten y la aborrezcan tanto. Pero el problema es que con ese estilo, pescar en el río revuelto puede convertirse en una pesca con dinamita. Piedad, haga un ejercicio: tire un Alka-Seltzer a un vaso de agua y vea lo que pasa. Así de efervescente es el daño que hace con sus palabras salidas de tono a un país que prende como carro empujado en segunda.

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