jueves, 19 de junio de 2008

Por ahora


Por: Alberto Schlesinger Vélez - Todo el mundo anda preguntándose a qué se debe el cambio de actitud de Hugo Chávez en puntos medulares de su plan político. Algunos están desconcertados. No deberían estarlo. Si algo ha caracterizado la actitud de nuestro vecino presidente, es no haberse apartado nunca ni un milímetro de sus objetivos políticos. Algunas veces ha dado unos pasos atrás y otras a un lado, para después retomar la senda con más brío y recuperar el tiempo perdido. Tenemos más de 15 años para confirmarlo. Recordemos el "por ahora", después de fracasado el golpe que encabezó.Desde la derrota electoral de diciembre pasado, cuando se rechazó la nueva Constitución , y los militares y un buen grupo de sus propias fuerzas lo forzaron a aceptar el resultado y no imponerlo como en otros eventos electorales anteriores, las cosas, tanto en el campo externo como interno, le vienen saliendo mal. Una tras otra. Además, en un año en que se elegirán alcaldes y gobernadores, y pese a la desorganizació n de la oposición, podría perder en varios sitios claves.En lo que tiene que ver con las Farc, desde la reunión de Santo Domingo, donde dejó 'colgado de la brocha' a su socio Correa, con la aparición de los computadores y los golpes demoledores que las autoridades han dado a la cúpula de la organización, su posición es cada vez más insostenible. Dentro de sus cuentas es claro que las Farc no son ya el eje que necesita para desestabilizar al país, y por el contrario, lo ponen en grave peligro de ser enjuiciado en los Estados Unidos e internacionalmente.Frente a la opinión venezolana, en general, y frente a las fuerzas armadas de ese país, su vinculación con las Farc, no suma, resta. Aún, con los votantes colombianos a los que ceduló para incrementar su caudal electoral, los ataques virulentos contra el presidente Uribe y sus ministros, las instituciones nacionales y su defensa de la guerrilla, han demolido el apoyo que le venían dando. Es por ello que la reunión programada, en territorio venezolano, con el presidente Uribe, a quien le hace un gran favor es a Chávez. Le permite temporalmente lavarse un poco la cara. A nosotros no.La seguidilla reciente de reversazos comprende: la derogación de la reducción de tarifas de transporte, con lo cual se impusieron los transportadores. La eliminación de la Ley de Inteligencia, con lo cual se impuso la opinión internacional y la de buena parte de sus seguidores. Las declaraciones con respecto a la guerrilla, cuya causa ya conocemos. Su actitud de súplica frente a los empresarios y el capital privado, para que le ayuden a apuntalar una economía interna en crisis y una situación social explosiva. El siguiente capítulo serán los abrazos con el presidente Uribe.Pasadas las elecciones de noviembre, si es que se realizan, ya que el expediente de un estado de excepción por conmoción interna o externa, sigue sobre el tablero, vendrá el timonazo para retomar el curso y con el acelerador a fondo. Reorganizará su relación con la guerrilla y los actores y forma de intervención en nuestros asuntos internos. Continuará implementado por la vía legislativa el contenido de su rechazada Constitución, empezando por la reelección indefinida y con los empresarios venezolanos, lo que ya les anunció con bromas muy directas, procederá a llevarlo a cabo poniéndole la mano a su capital y empresas. Por todo esto, no debemos estar desconcertados y mucho menos pensar, cándidamente, que entramos en una mejor etapa con el señor Chávez.

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