miércoles, 18 de junio de 2008

Chávez y la limosna de la esperanza


Por Martha Colmenares - Es que hay dos clases de antichavismo: los perdedores de la oposición y los defensores de la democracia - Para esos, los perdedores de la oposición, la ganancia es muy clara: Traficando con las esperanzas de la gente de salir de Chávez consiguen migajas y limosnas del régimen, porque le cumplen la función de distraer y desviar las energías de los defensores de la democracia en iniciativas absolutamente fútiles. El defensor democrático es valiente y sale a jugársela, tal como pasó el 11 de Abril de 2002. Una vergüenza ese grupo de venezolanos que dicen llamarse de “oposición”, que se regodean al mejor estilo chavista en argumentos escarbados por ellos mismos, entre intersticios y rincones, muy ahincados ellos, eso sí, para calificar un día de tragedia, el 11 de abril de 2002, de dolor y sangre con 19 muertos a mansalva más la secuela de cientos de heridos de gravedad, como golpe de estado. ¡Caramba, si así se defendiera la democracia! Es que hay dos clases de antichavismo: los perdedores de la oposición y los defensores de la democracia. Los perdedores de la oposición le siguen el juego a Chávez, quizás con propósitos diabólicos, participando en elecciones trampeadas, metiendo recursos de amparo en el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), etc. De esa manera, siempre pierden (a menos que Chávez decida darles la limosna de la esperanza, como hizo con el referéndum de la reforma constitucional) . Pero lo diabólico no es que pierdan, sino que ellos legitiman el teatro, el espectáculo del régimen de Chávez, como ellos participan en elecciones, no pueden alegar que la cosa nostra electoral es nada mas y nada menos que el ministerio de elecciones de Chávez, donde Chávez decide cómo es que la población vota. Como ellos van y vienen al TSJ, no pueden alegar que no hay ninguna independencia judicial y así sucesivamente tienen que distorsionar la realidad, y por eso, vienen y califican Abril 2002 como un golpe de estado militar y de derecha, obviando su verdadera naturaleza, que fue un auto golpe fallido: Primero, Chávez incendió virtualmente el país con la provocación del acto de humillación y despido de los gerentes petroleros, y está plenamente documentado que la intención de Chávez era la provocación. Quizás la idea era atizar el fuego para justificar medidas excepcionales, para que pasara algo de manera que él pudiera concentrar todavía mas poder. El año pasado en una alocución en la Asamblea Nacional, dijo haber provocado las tensiones en el 2002, para generar la confrontación porque le era necesario. La perversa estrategia era que en la previsible reacción nacional (ante el conflicto control del Estado y la autonomía de la empresa PDVSA), los profesionales en la industria petrolera protestarían, lo que los identificaría ayudando a la subsecuente purga, “limpieza política”. El problema para Chávez está en que no sólo hay perdedores de la oposición en el antichavismo, sino muchos defensores de la democracia también. Hay muchas diferencias entre los perdedores de la oposición y los defensores de la democracia: El defensor democrático es valiente y sale a jugársela, tal como pasó el 11 de Abril de 2002, que de la arrechera de los abusos continuados, no nos conformamos con marchar por millones, literalmente, sino que tuvimos que ir al palacio de Miraflores a desalojar al ocupante ilegitimo, atravesando la policía metropolitana, y enfrentándonos directamente con la Guardia de (des)Honor junto con los pistoleros masacradores del puente Llaguno, y demás. Segundo, pero como los defensores estaban en tantos millones en la calle, Chávez ordena a los militares la masacre, pone el país en la cadena televisiva mas insulsa, para ocultar la masacre, pero resulta que se la desobedecen, ese es el autogolpe fallido, lo que pasa después es una rebatiña por el poder. Entonces, vamos al punto, ¿fue un golpe de estado de derecha/militar? ¡No!, fue un autogolpe militar, que fue desobedecido. Pero igual que los perdedores de la oposición no contentos con dejarse robar el referendo consultivo sobre si se le pide a Chávez la renuncia o no, siendo la justificación de la estúpida constitución actual que el pueblo es poder originario, se dejan robar esa, luego van al revocatorio, se lo dejan robar por cuadruplicado (los tres firmazos y la trampa de las maquinas contadoras), y así sucesivamente se han venido dejando robar una y otra vez. Para esos, los perdedores de la oposición, la ganancia es muy clara: Traficando con las esperanzas de la gente de salir de Chávez consiguen migajas y limosnas del régimen, porque le cumplen la función de distraer y desviar las energías de los defensores de la democracia en iniciativas absolutamente fútiles. La única pregunta que queda es si son tontos útiles para el régimen, o son malévolos. Como no estoy segura que no lo hacen a propósito, no les puedo calificar de pendejos, a lo mejor son unos roloevivos que para ganarse la mesada de Chávez le hacen el trabajo de legitimarlo y de sabotear la defensa democrática. Como P.D. algo de lo que he venido reiterando, en diversas publicaciones, hechos y soportes por el siguiente enlace: 11 de abril, Día de la masacre.

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