martes, 10 de junio de 2008

Hay que cogerle la caña a Chávez


Medellín - Publicado el 10 de junio de 2008 - Han pasado muchas cosas en los últimos seis meses que nos permiten mirar la realidad del conflicto colombiano con otros ojos y augurar un futuro diferente al que siempre se ha vaticinado con muchos muertos de por medio. Hoy todo parece indicar, que es factible echar a andar una nueva iniciativa de paz, sin aflojar en materia de seguridad y aprendiendo de las frustraciones de otros años. Siempre una salida negociada a esta guerra será la mejor opción.Este 2008 comenzó mal para las Farc y muy bien para la sociedad civil, cuando el Gobierno les ganó la partida en la trama del niño Emmanuel. Allí las Farc sufrieron una gran derrota al quedar desnuda su estrategia de negociar con una víctima inocente de la guerra, a la que ni siquiera tenían en su poder. Ese episodio fue irreparable para los guerrilleros que nunca dieron respuestas claras sobre el incidente.Luego vinieron una serie de golpes militares en donde cayeron importantes cabecillas que atemorizaban regiones enteras en todos los puntos cardinales del país. El más importante de ellos, Raúl Reyes, otrora vocero internacional de la Farc e hilo conductor de ayudas con gobiernos vecinos de la órbita bolivariana. Y si el golpe del Estado por intermedio de Emmanuel fue duro, la muerte de Reyes fue fundamental para conocer en detalle la impresionante red social, económica y diplomática que tenían montada las Farc en varios países de América Latina y de Europa.El incidente Reyes generó entre Colombia, Ecuador y Venezuela el rompimiento de relaciones y un cruce de palabras de grueso calibre entre los gobernantes que salieron salpicados por correos electrónicos con el guerrillero. Y así las cosas, llegó el pasado sábado 24 de mayo cuando los colombianos supimos que "Manuel Marulanda Vélez" había muerto el 26 de marzo, al parecer de un infarto en un paraje cercano a Uribe, Meta.Al día siguiente, domingo 25 de mayo, las Farc admitieron el deceso de su comandante en jefe, alias "Tirofijo", y daban a conocer al país que el nuevo líder de esa guerrilla sería "Alfonso Cano". En medio de este frenesí informativo, y justo cuando el apoyo a las Farc en los países vecinos había quedado desnudado, escuchamos el domingo pasado un intempestivo reversazo histórico del presidente Chávez sobre el tema.Desde su programa 'Aló, Presidente' dijo que la guerra de guerrillas pasó a la historia y fue más allá al pedirle enfáticamente a Cano que "¡vamos, suelten a esa gente! Allí hay ancianos y soldados que tienen allí más de diez años. Llegó la hora. Ustedes en las Farc deben saber que se han convertido en una excusa del Imperio para amenazarnos a todos nosotros. Y remató diciendo que "creo que llegó la hora de que las Farc liberen a los que están en la montaña, sería un gran gesto humanitario. Y eso pudiera ser el primer paso desde lo que aquí anhelamos que es que se acabe la guerra interna en Colombia".Toda esta cadena de acontecimientos en nuestro conflicto interno nos permite ver luz al final del túnel. Tal vez sea el momento para que "Alfonso Cano" haga gala de su posición política y cambie el rumbo de una guerrilla en franca decaída. Todos los canales se han abierto para que los armados retomen el camino del diálogo que el Gobierno siempre les ha propuesto. El primer paso es cogerle la caña a Chávez comprometiéndolo con el cierre de fronteras a los guerrilleros, la captura de los que están en Venezuela y en un trabajo serio, en conjunto y respetuoso en pro de la paz de Colombia.

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