lunes, 8 de junio de 2009

Inmoralidad del Poder


Por: Alberto Jordán Hernández - albertojordanhernandez@yahoo.es Una Tribuna para voces del decoro - Adaptando a nuestro tiempo las ideas inmortales del Libertador Simón Bolívar, la vigente Constitución calificada con su nombre, rompe con la clásica división de los poderes públicos (Ejecutivo, Legislativo y Judicial) y crea los Poderes Ciudadano y Electoral. El primero de estos dos, fue motivado en el Poder Moral propuesto por el Padre de la Patria en su Proyecto de Constitución presentado al Congreso de Angostura el 15 de febrero de 1819. El otro, encuentra inspiración en el Proyecto de Constitución que el Libertador redactó para Bolivia en 1826. Poder Ciudadano, se ejercerá por el Consejo Moral Republicano que integran el Defensor del Pueblo, el Fiscal y el Contralor General de la República. El Libertador, cuyo nombre usurpan dictadores militares, confesó en su histórico discurso haber sentido la audacia de inventar un poder moral, el cual sería aprobado como apéndices de la auténtica Constitución Bolivariana. Por cierto, la Cámara de Moral de la institución tenía como órgano de sus decisiones a la imprenta. "Tomemos de Atenas su Areópago (Tribunal, sitio de administrar y ejercer justicia), y los guardianes de las costumbres y de las leyes, tomemos de Roma sus Censores (quienes elaboraban una lista negra -no al estilo Chacón, héroe de la revolución chavista- sino “para evitar que los indignos fueran nombrados para cargos públicos”) y sus tribunales domésticos; y haciendo una Santa Alianza de estas instituciones morales, renovemos en el mundo la idea de un pueblo que no se contenta con ser libre y fuerte, sino que quiere ser virtuoso. Tomemos de Esparta sus austeros establecimientos, y formando de estos tres manantiales una fuente de virtud, demos a nuestra República una cuarta potestad cuyo dominio sea la infancia y el corazón de los hombres, el espíritu público, las buenas costumbres, y la moral republicana". El propósito de ese Poder Moral era erradicar lo que se haya corrompido en la República. El Poder Ciudadano que desgraciadamente lo invoca, constitucionalmente es independiente de los demás poderes. Pero el comandante en jefe los pone públicamente a su servicio, en el hostigamiento a Globovisión: "Señora Fiscal General, Luisa Ortega Díaz, le hago un emplazamiento público a que usted, junto con sus fiscales, cumplan con su obligación ante el pueblo, que para eso están allí. Señora presidenta del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), con todos los magistrados y tribunales, cumplan con su obligación, que para eso están allí, y si no, pues renuncien, y que otra gente con coraje asuma". "Presidente tiene derecho a emplazar a los poderes" –advirtió para su satisfacción personal y vergüenza de los venezolanos, la funcionaria en el programa En sintonía con el Ministerio Público, que transmite la Radio Nacional del régimen. Mande, usted, mi comandante -parece alegar quien siguió en la Fiscalía a su primo hermano, y justifica el regaño: “La Constitución le impone al Presidente la obligación de garantizar los derechos de los ciudadanos, en consecuencia para él cumplir con la obligación él puede emplazar perfectamente a los demás representantes de los poderes, puede exigir y emplazar al resto de los ciudadanos porque él está obligado a cumplir ese derecho esa garantía que tenemos los venezolanos". Y para conservar su cargo prometió: "Tengan confianza que en lo que respecta a esos casos vamos a tener respuestas definitivas y aspiramos que antes de que termine este año”. El Defensor del Pueblo hasta cambió de destinario: es del cargo. De la Contraloría General, rufianescamente son demasiadas las sumisiones. Y el TSJ –plasta lo nombra el comandante- negó el recurso intentado por Globovisión hace 5 años contra incautación de siete equipos microondas y sanción por Bs. 582 millones que impuso Conatel.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Su Comentario