miércoles, 13 de mayo de 2009

Analítica


¿Los ricos son subhumanos? - En una de sus alocuciones más atrabiliarias el Presidente Chávez afirmó que los ricos no eran humanos, simplemente tenían el cuerpo pero no su esencia.Ese fue el argumento que utilizaron los nazis para quitarle la humanidad a vastos sectores de la población calificándolos de "Untermenschen" o lo que es lo mismo menos que humanos. Con esa condición aplicada a los judíos, homosexuales, retrasados mentales, gitanos y tantos más se permitió a las fuerzas de la SS que asesinaran, sin sentirse culpables, a millones de seres que para ellos, como había dicho el Führer, no eran humanos, casi era lo mismo que acabar con cucarachas y chinches. Antes de ellos Lenin y Stalin le habían aplicado los epítetos más despreciables a los pequeños agricultores y campesinos a los que se les aplicaba el término despectivos de kulaks. Ese mismo desprecio por ciertas categorías humanas fue lo que prevaleció en la época colonial en África y que tuvo su última expresión con el apartheid en Sudáfrica.En la Venezuela actual hay definitivamente un apartheid político en el que están ubicados todos los que no son adictos al proceso revolucionario. Estos son descalificados con los epítetos de escuálidos, pitiyanquis, contra revolucionarios, fascistas, golpistas etc. Al igual que los cubanos que calificaban de gusanos a todos los que no estaban con la revolución. Pero lo grave ahora es que a esos insultos se agrega la deshumanización de todos los disidentes, sin que se establezca una medida monetaria para determinar quiénes son y quiénes no son ricos. Es evidente que los ricos "boliburgueses" no entran en esa definición pero sí está en ella, la cada día más empobrecida clase media, e incluso gran parte de los trabajadores no afectos al régimen. Si esto fuera sólo un recurso retórico del Presidente sería grave, pero cuando se escucha a los acólitos del PCV decir que lo que hay en Venezuela es una lucha de clases en la que no hay adversarios sino enemigos que deben ser ser liquidados, hay que pensar seriamente que el camino de la destrucción, del odio y del resentimiento se ha entronizado en la cúpula del poder. Vendrán medidas cada día más discriminatorias en contra de los que no merecen , para la revolución, la calidad de ciudadanos sino simplemente la de súbditos o peor aún de esclavos.

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