jueves, 20 de agosto de 2009

Por favor


Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida y dulzura esperanza nuestra. Dios te salve a Tí llamamos los desterrados hijos de Eva, a Tí suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. ¡Ea! pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre ¡Oh clemente! ¡Oh! piadosa ¡Oh! dulce siempre Virgen María. Ruega por nosotros Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar y gozar las promesas de nuestro Señor Jesucristo. Amén.

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