jueves, 29 de enero de 2009

Per fas et nefas (Por las buenas, o por las malas)


Por: Franklin Santaella Isaac - Carapa44@hotmail.com - La campaña por la reelección tiñe de rojo las calles, pero no del rojo emblemático de un partido si no de la sangre de jóvenes que enfrentan la brutalidad, la barbarie el fundamentalismo y la tiranía. La consigna lanzada por el caudillo es ganar cueste lo que cueste, Ordena gas del bueno y los esbirros obedecen, descargando su ponzoña y resentimientos sobre uno de los pocos estamentos de esta sociedad en decadencia que no tiene macula, los jóvenes estudiantes, ignora que "cuando se tiene un hijo se tienen todos los hijos del mundo" como bien lo dijo Andrés Eloy Blanco, ignora que detrás de cada muchacho hay una madre una novia un hermano, un amigo, un maestro que siente en carne propia las agresiones que reciben estos. Qué manera tan irracional de entender la política tienen quienes ostentan el poder en Venezuela. Política significa, participación ciudadana, confrontación ideológica, debate, actitudes frente a una problemática nacional, medio de alcanzar el poder, en definitiva la política tiene que ver con todo y con todos, pero también tiene límites y son precisamente el respeto a esos límites, cuando se actúa desde el poder, la diferencia entre un buen y un mal gobierno. Nosotros, desgraciadamente, entendemos la política como medio para alcanzar el poder y hemos venido aceptando como normal, como valedero, todas esas aberraciones que desdibujan la realidad, tuercen la justicia, debilitan las instituciones, justifica lo injustificable y nos convierte a todos en criminales. A diario vemos que sembrar evidencias por parte de quienes están obligados a velar por la buena administración de justicia o en otra palabras la comisión del delito de simulación de hecho punible agravado no tiene relevancia cuando se comete con fines políticos, ni el delito de injuria o difamación, el falso testimonio, pero también ampara a los delincuentes, se me acusa de corrupción para atacarme políticamente, se me incrimina para hacerme daño en lo político, de tal suerte que los dedicados a la "política" están cubiertos por un manto de impunidad e incertidumbre frente al pueblo que a fin de cuentas termina aceptando que es un ardid, una cuartada, una mentira justificada, pero es peor, da tristeza y vergüenza oír hablar con desparpajo de las decisiones judiciales políticas, ¿acaso un juez tiene derecho a tomar en cuenta lo político para dictar una sentencia?, un juez no puede basar su inmensa e importante tarea de administrar justicia en otra cosa que la ley, las decisiones judiciales tienen que ser jurídicas, únicamente jurídicas, nada más que jurídicas. No termina allí, los funcionarios públicos atrasan, o dejan de hacer lo que deben hacer por andar en política, las campañas electorales son más vigorosas, dilatadas y urgentes cuando se hacen desde el poder, en el caso de autos, ser reelecto es lo que interesa, no importa el desempeño, para eso contamos con la demagogia, la manipulación, el chantaje, la amenaza, la publicidad y con el dinero que demandan estas. Quien puede creer en un parlamento que redacta esos ridículos galimatías para preguntar al soberano si está o no de acuerdo con la reelección sin límites, en un parlamento que no legisla, en un parlamento de eunucos, sin luz, ni brillo, ni independencia. Acaso es respetable un poder electoral que obedece ciegamente a los caprichos del caudillo una contraloría que solo se ocupa de inhabilitar políticamente a quienes no convienen al régimen. Por supuesto, muchos ciudadanos, si pudiéramos llamarlos tales, que no encuentran respuesta a sus demandas, ni atención a sus problemas colectivos, ni enjuiciamiento a quienes los agreden terminan buscando refugio en los "poderosos", obedeciendo, encubriendo y gritando, sin convicción, UH AH por un pedazo de pan. Los que tenemos hijos, creemos en la democracia, la justicia y la paz debemos gritar aunque nos atropellen: ¡TE DIJIMOS QUE NO!

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