miércoles, 28 de enero de 2009

El vagón electoral


Por: Américo Martin - La ciudadanía, fue llevada convenientemente a montarse, a cualquier precio, al vagón electoral. Esta estrategia ha sido utilizada en varias oportunidades y formas. El régimen consigue presentar un hecho, casi como ineludible. Los partidos no encuentran como evitar involucrarse en esa situación y luego, solo les queda llamar a votar para "defender la democracia", invitando y manipulando a la gente a participar, ya que "está en peligro la patria". En este caso, salvo opiniones contadas que defienden la verdadera realidad, o sea, oponerse con todo al capricho presidencial, la población se siente entrampada porque no encuentra por donde expresar lo que verdaderamente siente. Irá a votar porque entiende que si no, el fraude es más fácil. Le alfombraron el camino engañoso del voto, ya que eso es lo que les muestra la dirigencia política y de paso, como condición humana, es mucho más cómodo y barato, yo diría, a corto plazo. A ambos lados del vagón y durante este pequeño viaje de tres semanas, se sitúa cuidadosamente todo al armamento con que cuenta el régimen: chavistas radicales, instituciones del estado sometidas, policías complacientes, militares sin honor, círculos bolivarianos, cubanos castristas, milicias, farc, eta, hamas, iraníes, talibanes árabes, eln y todo bicho ponzoñoso, que se esté aprovechando de la burla y traición que hace el actual mandatario, con su país y pueblo. Seguir en el vagón, no tiene sino un solo destino: las puertas del corrupto cne y morir sin remedio. Porque algo debemos tener claro, este referendo lo pierde la oposición aunque sea por medio voto. El régimen ya dijo lo que tenía que decir: la reelección va y hasta que nosotros queramos. No habrá forma de comprobar el fraude y tampoco hay defensores del voto, igual que en los anteriores. Las evidencias están a la mano. Los círculos bolivarianos del terror se lanzaron a la calle a ejecutar su trabajo: lanzar bombas, atemorizar a la población, atacar las marchas, colocar artefactos explosivos, etc., tratando de desorientar cualquier acción por parte de la oposición. Este amedrentamiento sistemático, realmente produce una reacción en forma de "prudencia obligada" que minimiza las posibilidades de una oposición efectiva. Así llegaremos al matadero, sin posibilidades de poder ver el peligro en que estamos metidos. La oposición venezolana pasará a la historia como algo raro. No reacciona a tiempo; pelea un poco, hasta donde le conviene; acepta que le escupan la cara cada media hora; deja que los militares la patee a placer; vive una vida normal, mientras no se metan con sus hijos; no sabe organizarse para luchar por su país y su futuro; no sabe oponerse a lo ilegal, a lo inconstitucional, al atropello vejatorio, a la indignidad que está padeciendo. Ya los pies se les atrofiarán porque caminan arrodillados. Tanto que defendemos a nuestros hijos, pero eso es otra mentira. Creo que no los respetamos como debemos y además, irresponsablemente, les estamos dejando un país arruinado; les dejamos como herencia un gobierno terrorista y corrupto, que profundizará el comunismo y Venezuela será una cooperativa global en alpargatas y celular en la mano. Para estas situaciones difíciles se imponen soluciones similares. Se han roto las leyes de acción-reacció n en esta bonita Venezuela. A cada acción del régimen, no hay una reacción adecuada de la oposición, siempre encuentran como replegarse, pero no para fortalecerse y actuar, no, solo se quedan allí replegados, aguantando el chaparrón de insultos y quedando como los malos de la partida. No se les ve ninguna iniciativa, responden según los botones que pisa el régimen. ¿Qué entenderán los partidos políticos y la población, sobre lo que significa oponerse a un régimen que desgració a su país por los cuatro costados? No veo salidas fáciles, el voto es efectivo en las democracias con instituciones respetables, no en las dictaduras. Si no hay testigos suficientes y no se cuentan todos los votos, díganle al pueblo la verdad: ¡no podemos garantizarles nada! Un venezolano preocupado.

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