martes, 11 de agosto de 2009

Freud y la cocaina


Por: Mario Lopez Ibañez - MD PhD - lonko@vtr.net - mariolopezi@gmail.com - En Austria, lamentablemente, no existen los narco-mariachis; ni siquiera los mariachis, a secas. Y esto es lamentable porque un género o subgénero tan rico como el narco-corrido se ha perdido una historia real con personajes reales y un real trágico final, dignos de algunas estrofas. Esa historia merece ser contada, aunque sea como borrador de un guión para una telenovela. El neurólogo y psiquiatra austriaco Sigmund Freud (1856-1939) siente un enorme -y bastante extraño- cariño por su colega Ernst von Fleischl-Marxow. Tan desmedido es ese afecto que intenta convencer a su propia novia, Martha Bernays, de que su amigo es el hombre ideal para ella. Fleischl-Marxow padece una neuralgia crónica. A causa de esa dolencia, ha comenzado a inyectarse morfina como anestésico hasta que finalmente se transforma en un adicto. Freud llega a decirle a Martha: "Su destrucción me conmoverá como habría conmovido a un hombre de la Grecia antigua la destrucción de un templo sagrado". El investigador del ego, los sueños y el sexo ha probado la cocaína el 30 de abril de 1884 y es autor de dos ensayos acerca de sus propiedades: "Sobre la coca" (1884) y "Contribución al conocimiento de los efectos de la cocaína", en 1885. Ese mismo año, Albrecht Erlenmeyer (1848-1926) le sale al paso y advierte al mundo científico de la época que el estupefaciente es "el tercer azote de la humanidad" después del opio y las bebidas alcohólicas. A pesar de todo, con ese "azote" como ingrediente en 1886 hace su aparición la Coca-Cola, presentada como "tónico medicinal". Freud tiene apenas 29 años pero ya es un hombre difícil de convencer. ¿Quién es, comparado con él, ese anciano advenedizo de Erlenmeyer? Así que le recomienda al querido Fleischl-Marxow que pruebe la cocaína -producida entonces por los laboratorios Merck y Parke-Davis- con el argumento de que le anulará la dependencia a la morfina. El amigo termina víctima de una doble adicción que lo lleva a una espantosa muerte en 1887. Desde entonces, "el padre del psicoanálisis" no escribió más sobre las virtudes del derivado de la coca. Seguramente sintió el peso de un "templo sagrado griego" desmoronado sobre su espalda. O sobre su ego. En 1903, la cocaína deja de ser ingrediente de la Coca-Cola - Fin de la narco-telenovela austriaca. Frase en la pantalla, antes de comenzar a pasar los nombres de actores y técnicos, con fondo musical de un narco-vals interpretado por "Los Tigres de Viena": "Circulan miles de biografías sobre Freud, pero es casi imposible encontrar datos acerca de Erlenmeyer, un científico especializado en toxicomanía al que la mayoría de los psicoanalistas desconoce.

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