lunes, 1 de abril de 2013

El elefante que perdió un ojo

Un  elefante se encontraba al borde  de un arroyo. El agua pasaba, clara y cristalina. Tuvo deseos de beber. Se inclinó sobre el agua, empapó su trompa y... plof! Que ¿qué?.. AAAaaaarrrrggggghh ¡Perdí mi ojo! gritó el elefante lleno de pánico.
 
Efectivamente, su ojo derecho se le había  caído al fondo del arroyo. El mastodonte pretendió encontrar su precioso globo pero no veía nada.

Entonces  impaciente, agitó su trompa en todos los sentidos, pretendiendo alcanzar su ojo con la trompa en el fondo del arroyo removió tanto  que el agua se volvió turbia.

Cuanto más agitaba la  trompa  más la arena  se alborotaba,
Haciendp así mas difícil encontrar el ojo .
Repentinamente, el elefante se puso a gritar a garganta desplegada.

Furioso, levantó  la cabeza y vio, sobre una roca a bordo del agua a una pequeña rana verde que viendo al elefante, reía y reía...

¿Qué encuentras tan divertido? le dijo el elefante con rabia a la rana -

¡Perdí mi ojo ¿y eso te hace reir?
La rana respondió  - Lo que es divertido es ver lo que haces:
¡Calma, todo irá mejor! La rabia y el desespero no te ayudaran.

El elefante, un poco avergonzado, siguió al consejo de la rana. Se calmó y dejó de agitar su trompa. El agua se volvió a calmar y poco a poco la arena volvió a caer sobre el fondo.
Y el elefante vio su ojo, intacto. Lo agarró con la trompa, y se lo volvió a poner en su sitio, sin olvidar agradecerle a  la rana verde.

Muchas veces hacemos mas difíciles los problemas y las dificultades con la rabia y la desesperación .
Siempre con tu actitud puedes hacer mas fácil  y grata la solución a las dificultades. Además si ríes tendrás mas ayuda y con la serenidad tendrás una  visión mas clara de tus posibilidades y tus recursos.

La rabia creara tempestades y mayores dificultades.

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