martes, 11 de agosto de 2009

Editorial de El Nacional


Ayer, al final de la cumbre de líderes de América del Norte, celebrada de Guadalajara, México, el presidente Barack Obama se refirió a la situación en Honduras y criticó duramente a aquellos gobernantes latinoamericanos que leexigen a diario, al gobierno de Washington, "una intervención más dura y directa" para solucionar el problema político hondureño. Para Barack Obama estas posiciones radicales adoptadas por un grupo de gobernantes radicales latinoamericanos constituyen "un acto de hipocresía".En la rueda de prensa convocada al final de la cumbre, Obama fue directo algrano y le recordó a los periodistas que "los mismos críticos que dicen que Estados Unidos no ha intervenido lo suficiente en Honduras, son las mismas personas que dicen que siempre estamos interviniendo y que los yanquis necesitan salirse de Latinoamérica". Todos sabemos a qué gobernantes se refiere Obama, y cómo este grupo de sinvergüenzas populistas reunidos en el ALBA ha tratado de engañar a la opinión pública nacional e internacional, al tratar de imponer un boicot al tránsito de personas, de alimentos y medicinas hacia Honduras. Se trata del mismo tratamiento que el ex presidente George W. Bush le recetó a Cuba, sin tomar en cuenta el daño que se le hacía al hambriento pueblo cubano. Lo cierto es que en América Latina tanto a los militares como a los civiles con tendencias autoritarias, les encantaba secretamente la forma agresiva de gobernar de Bush. Veamos por ejemplo a nuestro gallo pataruco, el señor Chávez, a quien no se puede mirar mal porque de inmediato inventa una guerra contra Colombia, Estados Unidos o Israel. Lo peor es que en el frente interno nadie le apoya esos arranques bélicos, porque casi todo el país sabe que no está bien de la azotea, y que los únicos que saldrían perdiendo en un enfrentamiento entre países hermanos son los pobres soldados. Es el colmo que se les obligue a morir para proteger las riquezas y los latifundios de la familia Chávez en Barinas, o los negocios de Diosdado y Jesse, o los del zar de Pdvsa, Rafaelito Ramírez and family, o el nuevo palacete residencial de José Vicente. Los venezolanos y los colombianos que creemos realmente en la paz y en la convivencia rechazamos los llamados irracionales a la guerra contra países hermanos, y pedimos que se busque la paz en la mesa de las negociaciones, como gobiernos civilizados. Vale la pena recordar que Barack Obama condenó de inmediato la salida intempestiva de Zelaya de Honduras y ayer, al final de la cumbre de Guadalajara "reiteró su condena al golpe de estado en la nación centroamericana". Obama fue muy claro en cuanto a Honduras y los países del ALBA: "Si estos críticos creen que es apropiado que nosotros de repente actuemos de manera que, en otro contexto ellos mismos considerarían inapropiado, creo que entonces eso indica que quizás hay algo de hipocresía... y ciertamente eso no va a dirigir las políticas de mi administración".

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