lunes, 11 de mayo de 2009

Crónica roja de un Día de la Madre


El Día de la Madre, por lo general, es un día bucólico de reunión familiar en una gran parte del mundo.Sin embargo, este año en ese día el primer mandatario de Venezuela se dio a la tarea de llevar a los hogares la intranquilidad y el desasosiego, no sólo con su discurso guerrerista sino por las amenazas a diferentes sectores de la sociedad.Con la recién promulgada Ley Orgánica que reserva al Estado los bienes y servicios conexos a las actividades primarias de hidrocarburos en mano, el Presidente armó el sábado su "Show del Lago", para confiscar a diestra y siniestra empresas privadas que hacen vida en el estado Zulia, y que prestan servicio a PDVSA. Entre ellas, la toma a la brava de las instalaciones de inyección de gas o vapor de las multinacionales, Williams Companies Inc y del Consorcio Woodgroup, cruciales para el mantenimiento de la producción de muchos sectores del Lago de Maracaibo y de Oriente, siendo el más importante el campo Furial. Ésta pareciera ser una nueva forma del Gobierno de hacerse con lo que no es suyo: Ahoga en deudas a las empresas para luego caer sobre ellas y confiscarlas sin el contrapago de ley.Luego el domingo, en su Aló Presidente, desde Barinas, marcó cómo será la transición de la "hegemonía capitalista" hacia la "hegemonía socialista" que pregona Chávez. Allí arremetió contra todo: En contra del Derecho de propiedad, el de la libertad de expresión y de informar, e incluso, podría decirse en contra el derecho de existir.Así, firmó las órdenes de expropiación de unas 10.000 hectáreas, y ordenó seguir "rescatando" tierras, con la manida excusa de "apuntalar las políticas de lucha contra los latifundios y tierras ociosas" para así lograr el cacareado "autoabastecimiento alimentario" . Parece que al mandatario se le olvida que a pesar de los cientos de miles de hectáreas confiscadas en estos diez años, la producción en Venezuela está en la carraplana. Además mostró su cara de hegemón al afirmar: "No hay tierra privada, yo así lo digo". Tal parece que Chávez en vez de ser electo Presidente de la República, le fue dado en propiedad el Estado venezolano.Chávez también dio este domingo un paso más para la segregación de sectores de la población, al sentenciar: "El rico no es humano (.) es un animal en forma humana". No se trata ya de definir quién es rico y quién no, o qué número de bienes o recursos determina la riqueza. Se trata al igual como lo hicieron otros dictadores y genocidas en la historia reciente de la humanidad, de despersonalizar y "cosificar" a un sector de la población, como un primer paso que podría llevar a ese sector a ser sujeto a cualquier clase de sometimiento, agresión, o incluso, exterminio.Para ponerle la tapa al frasco, mandó a los "señores de la oligarquía" a comprar alpargatas "porque aquí lo que viene es joropo, y cada quien a apretarse lo que tenga que apretarse". En acto seguido arremetió una vez más contra los medios de comunicación de una manera soez y sentenció el fin de Globovisión, para lo cual instó a cada unos de sus genuflexos poderes públicos a hacer lo que tengan que hacer para cumplir con el cierre del único canal de señal abierta independiente que sobrevive en el país. El riesgo de no hacerlo es que Chávez quede sin nombre.A todo esto se le agrega el ataque que hizo a la OEA, a su Comisión de Derechos Humanos y al Parlamento Europeo, quienes vienen denunciando la violación a los derechos humanos y el camino no democrático que está tomando el Gobierno de Hugo Chávez. Llegó al extremo de amenazar con crear un organismo paralelo a la OEA, con países con proyectos políticos afines, léase Bolivia, Cuba y Nicaragua. Y es que en estos tiempos de Chávez, la política de Estado de exclusión, amenaza y terror no descansa ni en el Día de la Madre.

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