miércoles, 25 de marzo de 2009

La indigencia política entronizada


Por: Alberto Rodríguez Barrera - En la presente orgía plutocrática del chavismo, botín generador de un deterioro social descomunal, no existe interés ni comprensión de Marx, a no ser en el deseo descocado de querer “salvar a los hombres, salvar a la humanidad”. Marx trató de entender al hombre a partir de la necesidad y la miseria, de su ruina corporal y anímica, partiendo de su visión “marxista”. No estaba de acuerdo con Hegel, pero partió del concepto hegeliano de la “sociedad burguesa”, afirmando que la consciencia humana era “un producto social” y aplicando su concepción materialista de la historia. No se puede negar que la necesidad de una economía mundial fue/es un conocimiento tardío de los Estados comunistas, y fascistas. Pasó mucho tiempo para que los economistas de todos los Estados llegaran a un conocimiento claro de las relaciones económicas mundiales. Hoy se puede registrar ese proceso. Y esto tiene que ver muchísimo con Marx, porque su punto de vista era solamente nacional-económico, y porque su pensamiento en miseria y crisis económicas está superado y hay que archivarlo. Esto no lo supieron antes ni lo saben ahora los chavistas que se perdieron en bochinches universitarios (y golpistas) y que improvisan en el gobierno. Para reconocer los hechos económicos mundiales, hoy en día, hay que apartarse de Marx y superarlo. La importancia de Marx estuvo en que abrió una brecha para la justicia social (sin hacer feliz a la humanidad con una mejor filosofía). Mostró la existencia de grandes errores sociales, reclamándole ética a los responsables, “a la fealdad moral de una sociedad adquisitiva sin protección para su fuerza de trabajo industrial” (Sabine). El hombre se hallaba “enajenado” y Marx se conmovió por la miseria, por lo equivocado en el proceso del trabajo, y creyó ver una salida en la lucha contra el capitalismo. Hoy sabemos que Marx tomó de Ricardo la ley del valor y la acomodó a sus fines. La visión de Marx de la “economía”: el trabajo, el capital y la intelligentzia forman los factores económicos decisivos en el sistema capitalista; la clase trabajadora y la capitalista son enemigos mortales; la clase trabajadora ha descendido hasta el proletariado, que es explotado por la clase burguesa (capitalista) ; así se llega a la lucha de clases que, según Marx, debe llevar a la emancipación del proletariado, única consciencia verdadera de la autorrealizació n del hombre; y tal camino a la “libertad” pasa por la dictadura del proletariado hacia la “sociedad sin clases”, meta final de la evolución social. (Esta ideas se encuentran en “Manuscritos económico-filosó ficos” de 1844 y se complementan con “El Capital”). En la introducción a la “Contribución a la crítica de la economía política”, con suma insostenibilidad científica, Marx dijo: “En la producción social de su vida los hombres están sujetos a determinadas condiciones necesarias, independientes de su voluntad, condiciones de producción que corresponden a un determinado grado de desarrollo de su productividad material. La totalidad de estas relaciones de producción forma la estructura económica de la sociedad, la base real sobre la que se levanta una supraestructura jurídica y política y a la cual corresponden determinadas formas de consciencia sociales. El modo de producción de la vida material condiciona absolutamente al proceso social, político y económico”. Refutación científica: no hay ningunas relaciones de producción necesarias; los hombres tienen una voluntad más o menos libre que ayuda a conformar su vida, que no está condicionada por el determinismo según el cual todo está establecido; existe el inextirpable azar; al no haber relaciones de producción necesarias, tampoco existe una “supraestructura” jurídica y política a la que corresponden determinadas formas de consciencia. Las condiciones económicas no son el único ser, están los mucho más importantes de lo inmanente y lo trascendente (cosa que Marx sabía pero no reconoció). Al negar las esencialidades de la existencia humana, Marx cayó en el dogmatismo (no posible de fundamentar científicamente) ; porque al ser unilateral, es insostenible una doctrina social materialista (no se hace justicia a la ética que influye en nuestra vida). En el Manifiesto Comunista (1848), Marx declaró que el proletario consideraba las leyes, la moral y la religión “prejuicios burgueses” que escondían “intereses burgueses”. Al respecto: siempre habrá hombres en contra de condiciones sociales circundantes, siempre habrá “luchas de clases” (más o menos); porque la vida es demasiado complicada para comprimirla en un sistema único: muchos aspectos, varias capas. Hegel olvidó la influencia de las sustancias, Marx la de las ideas. Hoy casi no hay representantes puros de la filosofía de Marx, del materialismo histórico. Porque es profundamente negativo y porque los filósofos socialistas del mundo reconocen sustancias y valores que no se pueden explicar a partir del materialismo. Marx llamó lo ideal “lo material cambiado y traducido en la cabeza del hombre”, sin precisar la forma en que ello acaece. Y después de Marx pasaron cosas: la libertad burguesa pidió y se hizo libertad para todos; el derecho exigió justicia, igualdad ante la ley, reconocer al otro lo que se exige para uno mismo, libertad de coalición para el proletariado que lucha; la libertad se convirtió en medio de lucha contra la misma burguesía; “el desencadenamiento de una autonomía del derecho que se sustrae cada vez más al dominio del interés económico” ( Gustav Radbruch); el materialismo histórico careció de fundamentos. El erudito Arnold Brecht escribe en 1961 que el método marxista no resiste la prueba de la teoría moderna por tres motivos: 1) Marx afirma que puede predecir el curso general de la historia humana con seguridad y a largo plazo, cosa científicamente insostenible por las muchas variables a considerar, como la hipotética de que todo permanecería igual, la reorientación de inversiones de empresarios capitalistas, las nuevas formas de lucha del trabajador contra la explotación; 2) Marx y Engels proyectaron el pasado al futuro, cosa científicamente insostenible debido a las inevitables condiciones modificadas, análisis científicos mejorados, creciente comprensión de riesgos, cambios de normas éticas, nuevos métodos de gobierno, genialidad de inventiva, decisión y organización humanas; 3) Marx trató con desprecio (chavista) los juicios de valor de sus contemporáneos y de las generaciones anteriores, utilizando sin recato juicios de valor propios, independientemente de que fueran o no el sistema más justo; el juicio de valor de Marx era apodíctico (demostrativo, no admitía contradicción) en todos los aspectos, pensando absolutamente. La meta de la evolución marxista era como un crisol en que las libertades fundamentales y los derechos del hombre debían ser fundidos, para que no fuera “enajenado” y fuera “libre”. La solución marxista se ha manifestado irrealizable. Más lucha de clases no cura nada. Cuando el fuego daña, se le apaga; no se supera el mal aumentando el mal. Los sobrevivientes de la lucha de clases sucumbieron a un error y comenzaron a actuar “solidariamente”. Es absurdo abogar por algún “colonialismo”, pedir salvaciones militares y azuzar a los pueblos unos contra otros. Democracia es hablar de igualdad de los pueblos, de los derechos fundamentales de los hombres y de su dignidad, de reglas elementales sin violencia, sin subordinación, sin aparatos de fuerza, como ha sucedido donde el marxismo gobierna. De ahí su caída. Hoy la evolución del hombre ha pasado de lo expansivo a lo comprensivo, accediendo a más orden, a más consciencia: “En todas las circunstancias, avanzar siempre en la línea ascendente en la que convergen con más rapidez técnica, espiritual y efectivamente todas las cosas en nosotros y a nuestro alrededor”. (Teilhard de Chardin). Ya era erróneo que Marx creyera haber demostrado que la ganancia del capital sucedía sólo por la explotación del trabajo, que la riqueza de los acomodados se fundamentara sólo en la pobreza y necesidad de los “desheredados”; tal inexactitud está comprobada desde hace décadas. También ha sucumbido el pensamiento de Marx sobre el capitalismo. El campo económico (siempre en movimiento) no es la única fuerza motriz de la historia. Importa más la ingeniería unida al capital. Lo que marx copió del economista Ricardo en su doctrina de los valores lo interpretó erróneamente para forzar su doctrina polivalente, resultando por ello en un aborto. Más allá de Marx está el camino que considera la problemática de lo personal y de la trascendencia. Hoy el comunismo serio sobreviviente (no la caricatura chavista) descubre a la persona; el valor absoluto de lo personal es una evidencia que escapó a los antepasados. Hoy vaga por el mundo un “humanismo socialista”, un renacimiento de la persona, de la personalidad, reconociéndose su valor y fomentándose la convivencia en solidaridad. El camino ya ha conducido más allá de Marx; el desorden de su lucha de clases ha transmutado en solidaridad de todos. Aún no termina el camino y no terminará nunca, porque la liberación del hombre de la necesidad material y del sufrimiento del alma sigue lejana y a menudo irreconocible, hasta inalcanzable. “Si los éxitos sociales han de hacerse visibles en todo el globo terráqueo, se requieren no solamente las fuerzas humanas de un verdadero idealismo ético. Ni siquiera las economías nacionales de los países capitalistas, que en sí tienen una sobreproducció n, alcanzan actualmente a satisfacer el hambre en los países indigentes.” (E. Friedrich Sauer). Tampoco en este terreno tiene sentido la entronización de la indigencia que reclama la ignorancia y la mediocridad del chavismo.

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