Por: Gustavo Yepes Pereira - gyepesp@gmail.com - La campaña oficialista a favor de la reelección indefinida del amo ha comenzado de una forma brutal, con la intención de imponer por la fuerza lo que el soberano ya rechazó por las buenas. El amo, con la complicidad de quienes no tienen más opción que dejarse arrastrar por las cadenas cada vez más ajustadas a sus cuellos, ha emprendido una campaña cuyo objetivo es amedrentar a un pueblo que ya le perdió el miedo. Ha sido brutal la arremetida en contra del pensamiento bolivariano y la Constitución, convocando a un referendo con el único objetivo de perpetuar a un hombre en el poder. Han sido brutales las violaciones a las normas de propaganda que el sumiso CNE aprobó en tiempo record. Invito a los compatriotas a que lean este documento emitido por el CNE para constatar como todos los poderes violan esas normas, de forma sistemática e inmoral, con toda la desfachatez que les proporciona la impunidad. Ha sido brutal la embestida verbal de quien pretende perpetuarse en el poder en contra de quienes nos oponemos a sus ambiciones personales. Atrás quedaron las hipócritas promesas de amor eterno que antes ofrecía y que no le dieron resultado, por lo cual decidió retomar su verdadera cara y talante de promotor del odio y de la violencia. Ha sido brutal el vacío que se ha producido en todas las instancias públicas, desde el parlamento que decretó un mes de vacaciones para apoyar a su amo, hasta los gobernantes designados o electos que están haciendo un uso indebido del tiempo y el dinero que deberían invertir en resolver los graves problemas que nos agobian. Han sido brutales, tanto la discriminación en contra de quienes deberían ejercer su derecho al voto por primera vez, como las amenazas en contra de esa juventud venezolana que sólo desea hacerse cargo, en su momento, del futuro que le pertenece. Han sido brutales los ataques, con armamento que le es reservado a quienes deberían estar defendiendo nuestra soberanía, en contra de todos aquellos que son señalados en cadena nacional. Ante tanta brutalidad que apenas comienza, el pueblo venezolano tiene las armas más poderosas para este momento histórico: su dignidad, su voto y su decisión inquebrantable de defenderlo en todos los terrenos legítimos que nos proporciona nuestra maltrecha y mil veces violada Constitución.
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