jueves, 29 de mayo de 2008

De nuevo Colombia


Por: José Gregorio González - caminosaltair@hotmail.com - www.elimpulso.com Relaciones diplomáticas entre Venezuela y Colombia no están en su mejor momento. Las acusaciones hechas por el gobierno colombiano en contra de nuestra nación y de Ecuador no dejan lugar a dudas, existe un plan macabro para ligar a los presidentes Hugo Chávez y Rafael Correa con la insurgencia del hermano país. Después del asesinato del comandante Raúl Reyes en territorio ecuatoriano y la "aparición" de las computadoras a prueba de misiles de alta tecnología, la guerra mediática se acentuó. El gobierno colombiano usó la supuesta experticia hecha por Interpol para atacar y acusar a los presidentes vecinos de fomentar la violencia, de apoyar a la guerrilla y donar miles de dólares para armar a las FARC. Las incongruencias entre el informe de Interpol y las declaraciones dadas por su vocero desde Bogotá sólo indican el grado de compromiso de la Policía Internacional con el gobierno norteamericano y sus lacayos en Colombia. Estados Unidos pretende convertirse en el dueño del mundo; sus constantes intervenciones armadas, sus infiltraciones a gobiernos, la compra de conciencias a través de supuestas ONG, el espionaje electrónico y la aplicación del terrorismo de estado son algunas de las formas que utiliza para desestabilizar a los países democráticos que se oponen a su capitalismo salvaje. No es extraño entonces que use el suelo neogranadino como una base para perturbar la estabilidad de Venezuela. Las recientes acusaciones de los voceros oficiales de Colombia en contra de Chávez y Correa buscan crear una matriz de opinión negativa para perjudicar el trabajo humanitario que se venía haciendo en pro de la liberación de los rehenes en poder de las FARC. Aun cuando se tenía autorización de la Casa de Nariño para buscar una salida a la crisis de los rehenes y el logro de un posible acuerdo humanitario, Uribe desconoció los avances hechos por Chávez y Piedad Córdoba y suspendió unilateralmente la mediación. Suponemos que el mandatario colombiano no está interesado en conseguir una salida pacífica al conflicto que durante sesenta años ha azotado a Colombia. Detrás de Álvaro Uribe se mueven los perros de la guerra, las compañías transnacionales de armamentos y las corporaciones que se dedican a prestar protección a los estadounidenses que trabajan en países con conflictos bélicos.Los cambios que se han dado en América Latina en los últimos tiempos preocupan al imperialista del norte. A EEUU no le conviene que en Latinoamérica se lleven adelante procesos políticos y sociales que derrumben a sus gobiernos títeres pues perderían su influencia sobre estos pueblos.Desde que Hugo Chávez llegó al poder por la vía electoral, los intentos para sacarlo del gobierno no han cesado; muchos dólares invierte la oposición venezolana para derrocar al comandante; sin embargo, sus intentos han fracasado. La actual campaña mediática sustentada en informaciones falsas y tendenciosas fomenta un clima enrarecido en nuestro continente; la próxima acusación será la de terroristas para Chávez y quienes lo hemos apoyado en el camino de la Revolución Bolivariana ; desde Colombia vienen los tiros así que debemos prepararnos para hacerle frente a la conspiración, unirnos para enfrentar la nueva amenaza.

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