Por: Hernán Maldonado - Abogado y periodista - Es un lugar común aquello de que inevitablemente cosecha tempestades aquel que siembra vientos. Lo están comprobando amargamente el petrodictador Hugo Chávez y su fiel discípulo, Evo Morales. La ciudadanía pareciera gritarles: ¡Recojan sus vidrios rotos!. Cuando llegó a la presidencia hace 10 años Chávez les dijo a sus compatriotas que no cometía delito el que robaba para comer. Le tomaron la palabra. La inseguridad en la Venezuela saudita causó ya más de 120,000 asesinados, la mayoría menores de 25 años. Antes de ser presidente Morales se convirtió en el campeón de los violentos bloqueos de caminos, ahora le hacen beber de su misma medicina. Sus más entusiastas pandilleros golpearon a unos jóvenes en Obrajes, obligándoles a despojarse de sus corbatas. Los ''modernos descamisados' ', pues. La diseñadora Beatriz Canedo, que entre sus clientes tiene hasta nobles europeas, inventó un atuendo para Morales, reacio a lucir la burguesa corbata. Si realmente se considera un ''presidente indio'', por qué no usa poncho y ojotas, ¿o no?. Rastreramente, sus allegados tiraron también sus corbatas a la basura. El vicepresidente Alvaro García Linera, por largos meses hasta se desabrochó la camisa, quizás para mostrarnos ese pecho que alberga el corazón que aprendió en Achacachi a ``amar y matar''. El canciller David Choquehuanca no sólo se despojó de su corbata, sino que se enfundó una chamarra negra de cuero y asistió vestido así a un banquete de la Comunidad Europea en Bruselas. Le interesó un pepino que el diario argentino La Nación reseñara que ``parecía que el chofer de uno de los dignatarios se hubiera colado a la fiesta''. Las ''choquehuantadas' ' (Manfred Kempff dixit) se han hecho comunes y hoy vemos a nuestros gobernantes, y algunos zurditos romanticones, en atuendos casi ofensivos en citas de alto nivel. Me pregunto si el prefecto de Oruro, Alberto L. Aguilar, se quita el sombrero para ir a dormir. Morales ha sembrado tanto odio con la cantaleta de los 500 años de explotación indígena que dividió Bolivia en dos, siguiendo el modelo chavista, y los frutos de éste despropósito los está cosechando sangrientamente. Es una verdadera vergüenza que el Presidente entre y salga por la puerta trasera cuando viaja a Santa Cruz, que en el aniversario de la Tablada se haya quedado a varios kilómetros de Tarija y que hubiera tenido que cancelar su viaje a Sucre el fin de semana porque simplemente no es bienvenido. ¿En qué parte de la historia de Bolivia se ha visto algo semejante? Y esta crisis no será resuelta con el carnavalesco referendo del 10 de agosto. Esta estupidez sólo podía ocurrírsele a una clase política opositora que ha perdido la brújula al regalarle al gobierno un increíble salvavidas. Y volviendo al ''sincorbatismo' ', hay que recordar que los fascistas fueron sus precursores tras asesinar al presidente Gualberto Villarroel (bajo cuyo régimen se inició la emancipación del indio en Bolivia). Afiches con los hombres de esa época inundaron las ciudades. Todos aparecían con sus corbatas sujetándose los pantalones por si alguien osara protestar por el colgamiento del ''presidente mártir''. Nada nuevo bajo el sol.
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