jueves, 29 de mayo de 2008
Si Betancourt volviera
Por: Santiago Montenegro - http://www.elespectador.com/opinion/columnistasdelimpreso/%20santiago-montenegro/columna-si-betancourt-volviera - Hizo bien la Universidad del Rosario en homenajear a Rómulo Betancourt, junto a Carlos Lleras Restrepo, en el centenario de su nacimiento. Con justicia, ha sido llamado padre de la democracia de Venezuela, la que comenzó hace casi medio siglo cuando Betancourt fue elegido presidente de la república. La vida política de Betancourt fue una sucesión de episodios alucinantes en su lucha por la democracia liberal. De tan sólo 20 años, en 1929, fue apresado por protestar contra la dictadura de Juan Vicente Gómez e ingresado con grilletes junto con tres compañeros a un calabozo, de donde sólo dos salieron con vida. Ese mismo año, escapó a su primer exilio, en Curazao, República Dominicana y Costa Rica, que duraría hasta 1936. En el exilio visitó nuestra costa norte con varios compañeros, donde lanzaron el “Plan Barranquilla,” que terminó siendo el origen de su partido, Acción Democrática. Al regresar, fue forzado a la clandestinidad hasta ser capturado y expulsado a Chile en 1939 por el régimen de Eleázar López Contreras. Volvió al año siguiente a continuar su lucha política, que lo vinculó a la conspiración que derrocó al presidente Isaías Medina Angarita. Al ser nombrado presidente provisional en 1945, convocó las primeras elecciones libres de Venezuela en 1947, en las que resultó elegido Rómulo Gallegos. Al año siguiente, el cuartelazo de Pérez Jiménez derrocó a Gallegos y Betancourt salió a otro exilio, esta vez por diez años más, que lo llevó a Cuba, Costa Rica, Puerto Rico y Nueva York. Al caer Pérez Jiménez en 1959, tomó el liderazgo de Acción Democrática y fue elegido presidente de la república. En todos los lugares del exilio y en los puestos que ocupó fue violentamente atacado desde todos los flancos. Presente en Bogotá el 9 de abril de 1948, la derecha colombiana lo acusó del magnicidio y de la desestabilizació n que siguió al asesinato de Jorge Eliécer Gaitán. El totalitario derechista dominicano, Rafael Leonidas Trujillo, estuvo directamente involucrado en un atentado con bomba en su automóvil el 24 de junio de 1960 que le quemó el rostro y las manos. En su presidencia también enfrentó con éxito intentos golpistas de la guerrilla de izquierda y un desembarco del FALN con apoyo de Fidel Castro. La mayor canallada que le hicieron fue en su segundo exilio en Costa Rica, donde un avión sobrevoló San José repartiendo volantes ilustrando una supuesta relación homosexual con José Figueres. Hoy puede parecer una trivialidad, pero su mayor logro fue haber entregado el poder a un sucesor también elegido con procedimientos democráticos. Cuando lo tentaron por una nueva presidencia en 1972, invocó sus principios liberales en contra de la reelección. Su carrera fue controversial, llena de contradicciones y de no pocos errores. El mayor de todos, fue quizás el no haber comprendido a cabalidad que un país dependiente de rentas de recursos naturales, como Venezuela, requiere una calidad y nivel de gobernabilidad mucho más alta que cualquier otro país. El deterioro institucional y la corrupción de los gobiernos, especialmente, a partir de la primera administració n de Carlos Andrés Pérez, explican la llegada de Hugo Chávez al poder. Explican, pero, de ninguna manera, justifican el desprecio por la democracia liberal, la aniquilación de la separación de poderes, el nepotismo, el ataque a la libertad de expresión, la vulgaridad de su discurso, el desmantelamiento de la economía y su apoyo a las Farc. Si Betancourt volviera, vería con horror lo que sucede hoy en su país. Argumentaría, como escribió Alberto Lleras, que retornó al paleolítico americano, a la tierra de los pesados brontosaurios del despotismo elemental. Pensaría que Juan Vicente Gómez o su compadre, Cipriano Castro, están en Miraflores.
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