miércoles, 28 de mayo de 2008

Solicitudes a Chávez, “verdes”, psiquiatras y RCTV


Por Teódulo López Meléndez - Yo le pido a Chávez/ tú le pides a Chávez/ él le pide a Chávez/ nosotros le pedimos a Chávez y así hasta el final de la conjugación del verbo pedir. ¿A quién se le pide? Uno no sabe si buscar el intérprete para sordos mudos para el destinatario de tantas solicitudes o para quienes mandan los mensajes que evidentemente piden y más piden en una grandísima “pedidera”. Y he aquí a Chávez saltando de emoción y gritando “sí, pídanme”. Pedirle a Chávez que respete el orden constitucional y se porte bien es llenarlo de alegría, pues argumentará que no se han dado cuenta de nada. Más alegría le da cuando los peticionarios acompañan la solicitud de respeto al orden constitucional con pequeños -y a veces no tan pequeños- requiebros hacia la violación de ese orden. Pero hay otros que conjugan los verbos crear/ ofrecer/ inventar/ construir. Ando por Chacao con dos propósitos: presenciar el acto donde Samantha Quintero firmará ante un notario su oferta de una campaña ecológica por la alcaldía, debido a la contaminación reinante con afiches, camiones con parlantes y demás parafernalia. El segundo, encontrar un adaptador para un grabador, pues ando en planes de poner sonido a nuestra página literaria de la editorial www.aladecuervo. net; si bien Chacao es el paraíso de todo lo que tiene que ver con electricidad, electrodomésticos, sonido y demás menjurjes, no consigo lo que busco: en todas las tiendas me dicen que por falta de divisas no hay piezas de ningún tipo. En cuanto a lo primero, aprovecho para conocer a Samantha, pero la visita me depara una agradable sorpresa adicional. Me encuentro con los muchachos del Movimiento Ecologista (el equivalente a los llamados “verdes” europeos) y los verbos crear/ ofrecer/ inventar/ construir. Es evidente que no han tenido acogida en los medios, pues confieso que no sabía de ellos. Son unos muchachos estupendos con quien converso sobre el concepto de política, les sugiero que se llamen “verdes” como en Europa y en otros lugares del mundo, les pregunto si son candidatos a algo y la respuesta me llena de satisfacción. En efecto, casi todos aspiran en el Municipio Libertador, de manera que no andan rebuscándose espacios fáciles. Son todos profesionales universitarios. Para citar un solo ejemplo, Enrique Rubio es candidato a alcalde de Libertador. Es un ingeniero electrónico egresado de la Universidad “Simón Bolívar” y coordina la llamada “Escuela de emprendedores” . Su oferta de gobierno está inspirada en el trabajo realizado en más de 100 comunidades, entre las cuales el 23 de enero, La Vega, La Yaguara, La Pedrera, El Valle, Catia, San Martín, El Guarataro, Carapita y Carapa. Me pongo a leer su programa de gobierno y me encuentro con “fortalecimiento de la ciudadanía”, “plan de enlace gubernamental” , “plan de atención a las prioridades municipales” y un “plan de desarrollo municipal”. Uno se recarga cuando se encuentra a las mujeres y a los jóvenes que andan haciendo sus primeros pininos en la política. Ofertas concretas, pensadas, analizadas, factibles. Gente así dignifica cualquier campaña electoral, la hace trascendente. Seguramente muy poca gente, en eso que llaman “factores de poder”, sabe quien es Enrique Rubio, candidato a alcalde de Libertador, pero tengan la seguridad de que sabrán de él, como sabrán de todo ese grupo de muchachos estupendos, como sabrán de estos “verdes” venezolanos que entienden la política como una entrega al servicio de sus conciudadanos. Dejo de lado mi tesis sobre la renovación de la democracia gracias a las mujeres y a los jóvenes, para volver sobre los que piden. “Le pedimos que respete el orden constitucional, le pedimos que no viole los artículos que pretendía reformar, le pedimos que se porte bien y ejerza como un presidente democrático”. Quizás debería ir hasta la picaresca española, apelar a Don Francisco de Quevedo, hurgar en los resquicios de la “commedia” italiana o hasta en algunos exabruptos de aquellos que se pronunciaban en la intimidad de la Inglaterra isabelina. Debería apelar a “Pancho” Herrera Luque con una llamada telefónica para pedirle que me instruyera sobre el comportamiento adolescente, pero el novelista desgraciadamente no está y no tengo amistad con Franzel Delgado Señor; el único psiquiatra que conozco desde los años juveniles en la UCV es Rubén Hernández, pero él es especialista en sexología y de eso no se trata. Cuando se cumple un año de la expropiación de RCTV recuerdo que la última vez que entré a ese canal fue a mediado de los años 60 (como se ve no estoy en la lista de “entrevistados predilectos”). Tuve que ir porque Arístides Calvani era un caso. Un día nos anunció a sus alumnos de Filosofía del Derecho que estaría ausente de clases por viaje al exterior y que su programa de televisión quedaría a cargo de su joven alumno Teódulo López Meléndez. Me costó un mundo llegar: las calles estaban sembradas de clavos, no había un alma por la calle y una bala perdida bien podía toparse con la humanidad de cualquiera, pero tenía que cumplirle a Arístides quien había entregado su programa de televisión a un imberbe de 17 años. La situación en la calle se debía a una ofensiva de la guerrilla que ahora pintarrajeaba las paredes con la consigna RR, Renuncia Rómulo. Golpeado en el campo el movimiento guerrillero intentaba la acción urbana. Pedía la renuncia del presidente y pedir la renuncia de un presidente equivale a varias cosas: movimientos masivos o violencia desatada o acción guerrillera o ataques armados. Eso de pedirle la renuncia a un presidente no es sentarse en la computadora a teclear “yo te pido la renuncia”. Por cierto, a su regreso el doctor Calvani no me dijo ni media palabra sobre mi comportamiento en RCTV. Cuando me vio me dedicó una de sus esplendorosas sonrisas y una de sus sonoras carcajadas y permítanme decirles que me parece recordar saqué una excelente nota en Filosofía del Derecho, a pesar de lo mal estudiante que fui toda mi vida. http://es.mc264.mail.yahoo.com/mc/compose?to=tlopezmelendez@cantv.net

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