lunes, 26 de mayo de 2008

Verdades Dolorosas


Por: Ernesto García Mac Gregor - garciamacgregor@ cantv.net - OTRA DÉCADA PERDIDA - Durante la década de Marcos Pérez Jiménez, Venezuela pasó de ser un país rural a una nación de autopistas y metrópolis única en Suramérica. Desde las naciones hermanas se organizaban excursiones turísticas para admirar los adelantos tecnológicos en la infraestructura existente. Hoy en día ocurre lo contrario, nos hemos quedado rezagados mientras que capitales como Bogotá, Lima, Quito, Santiago, tradicionalmente muy inferiores a Caracas, indudablemente nos han superado. Llama la atención como en estas ciudades mucho más pobres que las nuestras, en vez de chatarra ambulante circula un paquete automotor nuevo y reluciente; las autopistas están completamente actualizadas en señalización y mantenimiento, el transporte masivo es de excelente calidad, mientras que el civismo al manjar es admirable. Resalta el ornato público limpio y bien cuidado, sin bolsas de basura ni contenedores inmundos. Con lo que le ha entrado al país por concepto de petróleo en la última década ($700 mil millones) se ha podido construir literalmente un nuevo país. Sólo con lo regalado a otras naciones hubiese sido posible montar el sistema ferroviario y de plantas termoeléctricas nacional. De no haber perdido nuestro liderazgo como productores y exportadores de petróleo y estuviésemos vendiendo los siete millones de barriles que nos corresponden, el ya inflado presupuesto que sería el doble, nos habría transformado en un polo de desarrollo industrial gigantesco, centro del progreso energético, tecnológico y ambiental de América Latina. Mientras que en los diez años del socialismo chavista no se ha levantado ninguna superestructura, la China comunista, construye la obra más grande de toda la humanidad (represa de las tres gargantas) que consiste en tres ciudades de un millón de habitantes cada una con 10 mil kilómetros de autopistas; además del “mall”, el hotel de lujo, el rascacielos y el aeropuerto más grande del mundo, todo para congraciarse con el mundo capitalista del cual Chávez nos trata de apartar. Y por aquí, aún en espera de las autopistas Lara Zulia, Falcón Zulia, Perijá, vía alterna y reparación de puentes caídos. No hay agua, electricidad ni comida, la delincuencia y miseria campea, la inflación nos devora. Otra década perdida. Que oiga quien tiene oídos.

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