jueves, 20 de agosto de 2009

Enfermos, famélicos, pero bien adoctrinados


Hugo Chávez y su Gobierno usan y abusan de la premisa de ir en búsqueda del bienestar social del venezolano como excusa permanente y prolongada para la instauración en Venezuela del comunismo castrista. No obstante, lejos parece estar el Gobierno de buscar que la población tenga calidad de vida, pues esto pasaría por darle garantías mínimas de respeto a la vida humana, pero como es bien notorio, éstas hoy están en mengua. Entre estas garantías prevalecen: Un sistema idóneo de salud; seguridad ciudadana; acceso oportuno a una alimentación balanceada; creación de puestos de trabajo dignos y sin dependencia política; libertad de educación y respeto a los derechos civiles establecidos en la Constitución de la República.La caótica y precaria situación del sistema de salud pasa por el grave deterioro de la red hospitalaria del país y la irrupción de enfermedades infectocontagiosas que habían sido erradicadas o controladas, entre ellas, el paludismo, la tuberculosis y el dengue.Sin embargo, su cara más dramática se manifiesta en la atención a las parturientas y a los neonatos. El ruleteo de estas pacientes es cosa del día a día, a pesar de que en Venezuela la Constitución y la Ley Orgánica para la Protección del Niño y del Adolescente protegen el derecho a la vida. Y que además, éste es un delito tipificado como violencia institucional en la nueva Ley Orgánica sobre el Derecho de las mujeres a una vida libre de violencia. Este miércoles 19 de agosto, en menos de un mes, de nuevo es titular de prensa el calvario de una parturienta. Esta vez fue el de una joven de 17 años, ruleteada por cinco hospitales entre Caucagua y Caracas, hasta que al fin luego de horas de penurias, en la noche pudo dar a luz en un nosocomio de Guarenas. Es decir, desde su nacimiento este nuevo venezolano, que eventualmente será moldeado a imagen y semejanza de Hugo Chávez, comenzó a beber de la hiel del comunismo. Esa triste situación de las parturientas fue caricaturizada magistralmente en días pasados por Roberto Weil, cuando dibujó, para el diario Tal Cual, a un hombre buscando un puesto de estacionamiento desesperado, pero no para ubicar su carro sino para que una mujer diera a luz. Ni que hablar del hambre que comienza a ganar terreno entre los venezolanos de más bajos recursos económicos, gracias a la destrucción del aparato productivo que han impulsado las malas políticas económicas de Hugo Chávez. La crisis alimentaria avanza a galope por el territorio nacional, en un trío fatal de alta inflación, desabastecimiento de alimentos y desempleo. Según el último estudio de opinión de Datanálisis, el ingreso familiar promedio real cayó 2,4% en los primeros 4 meses del año, golpeando mayormente a la clase D cuyo ingreso familiar cayó en 3,9%. Es más, se proyecta que el promedio total podría caer hasta 13% para fines de 2009. Sin embargo, el Gobierno muestra una franca indeferencia ante estas vitales e insatisfechas necesidades del venezolano, mientras se enfrasca en una carrera de adoctrinamiento e ideologización a los niños y adolescentes mediante una inconstitucional Ley de Educación rechazada a nivel nacional por la población demócrata.. Disponible en inglés en: www.veneconomy.com a partir de las 4:00 p.m.

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