Por: Roberto Olivares - Si se le preguntara a cualquier persona que haya vivido bajo un régimen autoritario y dictatorial cómo el que actualmente existe en Venezuela, de que manera derrocaron al caudillo de su respectivo país, seguramente responderá sin titubeos que no fue por la vía del voto, ni tampoco marchando con pitos y maracas, o tocando cacerolas; evidentemente dirá que por la fuerza, y con una oposición bien cohesionada. Es entendible que ante el avance meteórico de la dictadura castro-chavista en Venezuela, la gente se sienta desamparada y a la deriva debido a la actuación cobarde y acomodaticia del liderazgo opositor. Pero lo que más impresiona y hasta “encojona” de manera superlativa, es la pasividad con que la sociedad en general se va dejando quitar los derechos ciudadanos que tanta sangre, sudor y lágrimas, le costaron a las generaciones pasadas. Hace tiempo en una columna puse de ejemplo a Simón Bolívar y a George Washington, a mí parecer los dos hombres más grandes que ha tenido América desde el punto de vista socio-político y cultural, pero sobre todo en lo que a la lucha por la libertad e independencia se refiere. En esa columna expresé que nuestra lucha actual en Venezuela, es la misma de Bolívar pero en otra época y con diferentes actores. Nadie se puede imaginar a Bolívar ó a Washington, marchando con maracas y mandando al pueblo a cacerolear en contra del imperio británico o el español. Y mucho menos intentando negociar los derechos universales e inalienables de los ciudadanos por ellos representados ante los monarcas de dichos imperios. Cosa que hace precisamente a diario el liderazgo opositor venezolano, dizque en nombre nuestro y con patente de corso. En Venezuela existe una dictadura y debe ser combatida cómo tal. Cuando se creó hace unos meses atrás la “cogollérica” mesa de la unidad, dije que no serviría de nada porque era la reedición de la inservible “coordinadora democrática”, y lo más seguro es que nos volverían a llevar al matadero ya que el liderazgo opositor sólo cuida sus parasitarias parcelas de poder, para así poder seguir manteniendo su “status quo”, unos tarifados más del estado pero con el cuerpo pintado tal camaleones. Pues bien, dicho y hecho. Ahora andan con el cuento del “referéndum abrogatorio” para supuestamente evitar la implementación de la ley castro-comunista de educación. Es decir, ¿Espera el liderazgo opositor verdaderamente que la gente acuda en masa a las urnas automatizadas y trampeadas del CNE para rechazar semejante adefesio írrito de nacimiento, a sabiendas que el REP está contaminado y no hay suficientes testigos de mesa? ¿O es que sencillamente prefieren tirar la toalla elegantemente en vez de llamar a la gente a la calle de manera indefinida hasta que el emperador barinés sea derrocado? Después de la cantidad de leyes ilegales y totalitarias aprobadas por la pusilánime Asamblea Nacional desde Febrero hasta la fecha, el país está llegando a un punto de quiebre o no retorno sumamente peligroso. En cuestión de cinco meses han desmontado de manera sistemática todo el andamiaje institucional y consuetudinario de la nación venezolana. Y lo que es peor aún, ahora van por nuestros hijos y nuestras propiedades. La ley de Tierras Urbanas que ya fue aprobada y ha pasado bajo la mesa debido al escándalo provocado por la ley comunista de educación, contempla entre otras cosas, la expropiación de cualquier inmueble sin previo aviso, habitado o deshabitado. Igualmente plantea la utilización temporal o definitiva de cualquier inmueble sub-ocupado, es decir, si usted en su casa o apartamento tiene cuartos libres y el gobierno decide asignarle esos espacios a los “sin techo” de la revolución, usted tendrá que aceptarlo sin chistar, so pena de ir preso. También contempla la expropiación de los inmuebles con más de 50 años, y no permite que los mismos sean heredados, vendidos, o arrendados. Esa es la ley señores, ya fue aprobada unos días después de la ley comunista de educación y el país sigue anestesiado. Si continuamos esperando por el liderazgo opositor o por algún líder mesiánico y sobre humano salido de la entrañas de la tierra, a Chávez no lo tumbaremos ni de vaina en los próximos años. Mientras los pobres tengan un plato de comida al día no saldrán a la calle a protestar, y los que tienen algo que perder no se dejarán matar por las bandas para-policiales del dictador. La situación es muy complicada ya que los militares tampoco pueden actuar si la gente no sale en masa a la calle y los obliga a tomar cartas en el asunto. nternacionalmente tampoco podemos esperar nada, Chávez está muy debilitado pero sigue siendo ante el mundo el presidente “constitucional” de Venezuela, y si el petróleo continúa fluyendo hacia el imperio y hacia los demás países “chulos” del continente de manera regular, el zambo mayor seguirá siendo el payaso imprescindible e intocable del mundo occidental. ¡Patria, Democracia y Libertad!
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