Cuando se miente de veras

Por: Eduardo Casanova - Un amigo solía decir que para ser un buen mentiroso hay que estar muy bien informado y tener una excelente memoria, porque de otra manera se dejan demasiados cabos sueltos y alguien, inevitablemente, descubrirá la mentira. Y eso es, exactamente, lo que le acaba de pasar al teniente coronel Chávez Frías en el caso de los “rockets” venezolanos que aparecieron en manos de las FARC, y que han motivado una reacción muy lógica por parte del gobierno sueco, reacción que deberá extenderse a la comunidad europea y al mundo civilizado, y que deja muy mal parado al teniente coronel y su gobierno militar. El teniente coronel mintió, pero no estaba en absoluto bien informado. Mintió en una rueda de prensa el miércoles 5 de agosto, cuando dijo que ese armamento le fue robado a la Armada en el terrible asalto a Cararabo (febrero de 1995), perpetrado por el ELN con nocturnidad y ventaja de 10 a 1, y que costó la vida de 31 infantes de marina, cuyos cadáveres, además fueron vejados. En primer lugar, no debería Chávez mencionar ese hecho, en el que él mismo fue acusado de cómplice de las guerrillas colombianas, pero hay mucho más: ¿qué haría un armamento comprado para el Ejército en manos de la Armada sin documento alguno que respalde la transferencia? ¿Qué demonios haría armamento antitanque en una zona en donde nadie esperaría un ataque con tanques de guerra? ¿Por qué, hasta ahora, nadie denunció la desaparición de los “rockets”? Porque en su momento se informó que los guerrilleros del ELN se robaron tres ametralladoras, dos morteros, veinte mil proyectiles, varias subametralladoras y una lancha artillada de visión nocturna, pero nadie habló de los hoy famosos “rockets” suecos. Y, para colmo, el teniente coronel afirma que los “rockets” son desechables, lo cual es falso. ¿Tampoco va a pasar nada con ese rosario de mentiras del teniente coronel? ¿Puede tanto una petrochequera? ¿También los suecos se van a vender por un plato de petróleo? ¿O será que, por fin, le está llegando la hora de la verdad a Chávez? ¡Dios lo quiera!