A la hora de cuidar el corazón, lo más frecuente es pensar en el peso, el nivel de colesterol y el siempre nocivo cigarrillo. Sin embargo, hay una precaución extra que resulta igual de importante para cuidar nuestros latidos: cepillarse los dientes. Este nuevo dato es muy importante porque las enfermedades cardiovasculares constituyen la principal causa de muerte en todo el mundo, especialmente en las naciones de occidente e incluyendo a nuestro país. Un equipo de microbiólogos de la Universidad de Bristol y el Colegio Real de Cirujanos de Dublín, Irlanda, encontró que las personas que no se cuidan los dientes como corresponde terminan con encías que sangran. Estas heridas constituyen la puerta de entrada para alguna de las 700 clases de bacteria que suelen rondar la boca. Los científicos dijeron que ahora reconocen que las infecciones bacterianas constituyen un factor de riesgo independiente para las enfermedades cardíacas. El problema comienza cuando estos bichos microscópicos entran al torrente sanguíneo a través de las encías dañadas y se encuentran con las plaquetas, uno de los protagonistas principales de la coagulación. Al unirse una con la otra, pueden ocasionar la formación de un coágulo que potencialmente dificulte o impida el flujo de sangre en los pequeños vasos del corazón. Los investigadores explicaron que, cuando esto ocurre, el único tratamiento eficaz consiste en la aplicación de antibióticos. Sin embargo, esta opción es cada día más complicada porque las bacterias siguen haciéndose más y más resistentes a nuestros intentos por exterminarlas. Comentaron que ahora están estudiando cómo reaccionan las bacterias con las plaquetas, para diseñar medicamentos más eficaces para tratar las enfermedades cardíacas causadas por infecciones.
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