lunes, 12 de enero de 2009

Goya


Por: Eugenio Montoro - montoroe@yahoo.es - En la Grecia antigua se produjo una seguidilla de genios del pensar en donde uno influyó directamente sobre el otro. Sócrates fue maestro de Platón y Platón de Aristóteles. De igual manera en España sucedió algo parecido en la pintura. Diego Velázquez fué muy influyente en Francisco de Goya y, a su vez, la obra de Goya sería guía tenaz para la de Pablo Picasso. Es imposible ver un cuadro de Goya con indeferencia. Todas sus obras poseen la magia del genio. Muchas, de la Corte , con la usanza del retrato perfecto, pero muchas más con la originalidad que siempre buscó, con esa libertad que continuamente gritaba y que le abrió las puertas al modernismo. En su madurez Goya empezó a abandonar las formas para dar paso al mensaje. La invasión de Napoleón a España y los horrores de la guerra influyeron en su creación. Para muchos su cuadro “Los fusilamientos del 3 de Mayo” es el quiebre entre lo elaborado y el mensaje directo y dramático y, sin lugar a dudas, uno de sus mejores. Goya pintó las paredes de su casa con obras libres, de grandes trazos y pocos colores. Parecía que ya adivinaba el futuro de la pintura sin sospechar que otro gigante, Pablo Picasso, le continuaría. Como curiosidad, y ya que se le menciona, su nombre completo era “Pablo Diego José Francisco de Paula Juan Nepomuceno María de los Remedios Cipriano de la Santísima Trinidad Mártir Patricio Ruiz y Picasso”. Estas apariciones de grandísimos talentos, y que al pasar de los años se descubre una conexión entre ellos, pareciera ser una realidad no solo en el pensar o en el arte sino también en la política. Quizás por ello algunos gobernantes tienen la tendencia en “conectarse” con alguien destacado del pasado para significar entonces que ellos son sus herederos. Juan Vicente Gómez magnificó el culto a Simón Bolívar casi como si fuese su pariente y hoy, sin necesidad de demostración alguna, Chávez sugiere ser la reencarnación de El Libertador y el elegido para continuar su inconclusa obra “por culpa del oligarca Santander y el traidor Páez”. Lo que olvida Chávez es que la genialidad no se verborrea ni se decreta sino que, siempre, está asociada al logro. Aristóteles es eterno por su inmensa e importante obra. Goya es un genio de la pintura por lo que hizo y está a la vista. Bolívar no solo fué un visionario, sino que su dedicación a liberar territorios tuvo éxito. Pero mi apreciado Presidente, mírese usted en el espejo a ver que ve. A engordado un poco, hay bastantes más ojeras y ya tiene 54 años. Repasemos sus logros hasta ahora. Pelotero frustrado. Carrera militar poco brillante. Golpista derrotado. Preso. Presidente por obra y gracia de la oligarquía que le financió la campaña. Demoledor del estado de derecho y del sistema democrático existente en Venezuela. Prometedor mentiroso. Exportador de ideas comunistas. Regalador del dinero de su pueblo. Creador del odio entre hermanos. Indiferente a las matanzas del hampa. Indiferente a las denuncias de corrupción de su entorno cercano. Estos son sus logros así que está difícil que usted sea el heredero de Bolívar y pasará a la historia solo como un pequeño y débil punto gris. Pero aléjese de la realidad. Llame a su pandilla de aduladores para que le hagan olvidar y le muestren lo importante que es usted para Venezuela. Lástima que Goya no esté. Tal vez lo hubiera contratado para que lo retratase con su uniforme de gala y la vista hacia el infinito o tal vez, dentro de la tendencia de Goya al mensaje, él lo habría pintado como Saturno devorando a sus hijos.

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