viernes, 12 de diciembre de 2008

Palabras de Cilia



Notitarde - Mariahé Pabón - mariahep@yahoo. com - "Los logros alcanzados por esta revolución bolivariana que impulsa el presidente (Hugo) Chávez los venezolanos lo palpan a diario cuando se montan en el Metro o asisten a un ambulatorio de Barrio Adentro I, II o III, así como lo ven todos los días los habitantes de los Valles del Tuy cuando abordan el tren y de la misma manera las personas de tercera edad que tienen sus pensiones y aguinaldos". Cilia Flores, presidenta de la Asamblea Nacional. Es cierto - Cuando el pueblo se monta en el Metro, apretujado y molesto por las colas, no sabe si llegará vivo a su casa. Es verdad. Cuando el pueblo asiste a un ambulatorio, ignora si habrá suficientes insumos para curar sus males y si en el Hospital al que es remitido tendrá cupo. Los habitantes de los Valles del Tuy, se levantan a las 4 de la mañana para llegar temprano a sus trabajos respectivos y las personas de la tercera edad si no son pensionados del Seguro Social reciben una miserable limosna que no les alcanza para vivir en paz. Cómo se ve que cuando Cilia Flores declara desde su confortable curul o el salón de belleza en donde le cuidan su frondosa cabellera, no tiene la más mínima idea de lo que ocurre en los cerros, ni en el metro, ni en el tren, ni en las colas del Seguro Social. Tampoco conoce las cifras de niños asesinados en esos cerros ( 174, hasta ayer) porque los organismos encargados de las estadísticas no funcionan y sólo nos podemos regir por los boletines que la policía emite cuando se lo permiten. Chávez menos se ocupa porque su deporte actual es el de chatear. Se la pasa en eso, mientras el país se hunde en la basura. Cilia no sabe que en Petare votaron contra Chávez porque su gobierno no se ocupó de recoger la basura, no atendió el clamor popular sobre la muerte diaria de taxistas , adolescentes y niños e hizo caso omiso del clamor popular ante la falta de vivienda y de atención escolar. Cilia está casi siempre de viaje por el exterior y sólo viene a declarar, a levantar la mano y hacerla levantar a sus subordinados de la AN , a pintarse el cabello y a elogiar a su padre político que la complace en todos sus caprichos de primera dama de la Cancillería. Por cierto que la tintura presidencial, como la de Cilia, se pasa de negro ébano. Lo vimos ayer en su show del Teatro Municipal. No es suficiente montarse en una nueva ruta del Metro, hacerse curar en un ambulatorio y tener un aguinaldo en la casa. Es necesario que esos ciudadanos , ese pueblo, camine tranquilo por las calles, llegue a su destino sin miedo y no se vea obligado a vestirse de rojo para obtener una beca, un empleo, una vivienda. Picasso y él - "Esta es una revolución y vinimos para quedarnos, usted no puede cambiar a Picasso mientras pinta el Guernica", gritaba Chávez enloquecido durante la celebración de sus diez años de monomanía, mientras los oyentes, ya en el último grado de ebriedad y luego de estar oyendo las mismas historias de todos sus discursos, se preguntaban quién era ese tal Picasso y qué pitos tocaba Guernica en aquella rumba. El 26 de Abril de 1.937 la villa vasca de Guernica fue objeto de un cruel bombardeo por parte de la aviación alemana y la obra de Picasso recuerda ese trágico episodio que trajo a colación el propietario de la mayoría de medios radiales y televisivos que todos los días transmiten sus delirios, a la hora precisa en que los venezolanos y las venezolanas esperan escuchar y ver un partido de béisbol o una telenovela. Picasso y él. El Guernica y su revolución. El genio y él. El Guernica y su locura. " Usted no puede cambiar a Chávez, mientras destruye la nación", traducimos los desesperados ciudadanos que todos los días nos preguntamos, hasta cuándo durará esta pesadilla que recuerda sí, al Guernica, por los muertos que a diario ocurren en uno de los países más peligrosos del mundo. La huella de Barreto - "Cuadros de Manuel Cabré rayados, botellas de cognac y rones añejos vacíos, nidos de palomas en el techo del despacho del Alcalde y paredes con excrementos de las aves", fue lo que encontró Paulimar Rodríguez, reportera del diario El Universal, en lo que lo que fue el despacho del hoy dueño de " El Maní es así", Juan Barreto, personaje pintoresco de la picaresca chavista, a quien los empleados aseguran no haber visto desde hace un mes. Quizá ande escondido, tal vez se encuentre ya como embajador plenipotenciario en Cuba bebiendo ron de la mejores barricas rebeldes; lo cierto es que a su paso pesado por los dominios del poder, dejó la impronta de su dura labor como alcalde de la que obtuvo a no dudarlo grandes ganancias para poder adquirir botiquines en Sabana Grande. No será extraño que en poco tiempo se condecore al gordo Barreto como máximo exponente de las letras y las artes bolivarianas cuya muestra fascista se vio ya en la fachada del edificio de la Alcaldía de Caracas, un patrimonio del pueblo.

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