viernes, 4 de julio de 2008

VENEZUELA: ¿y los nuestros, cuándo?


Por: Marcos Villasmil - El vocero comunicacional más importante del gobierno chavista, Mario Silva y su programa "La Hojilla", marcaron en la noche del miércoles 2 de julio un nuevo hito en su acelerada búsqueda del reconocimiento nacional e internacional como la más importante basura mediática del planeta. Esa noche inolvidable, mientras el mundo celebraba con asombro, alivio y esperanza la liberación de Ingrid Betancourt, los tres rehenes norteamericanos y los soldados y policías colombianos, Silva, sin perder ni siquiera por un minuto los reflejos de verdugo, tildó -varias veces- a Ingrid Betancourt de "mezquina". Debe haber sido el único personaje mediático que en vez de unirse al júbilo general, decidió permanecer encerrado en las mazmorras de su odio. (Claro, junto con sus panas que en este momento están destilando veneno a chorros en las gloriosas páginas de aporrea.org. -que si todo fue un montaje, que si la liberación implicó una masacre de héroes de la guerrilla revolucionaria y patriótica, etc.)Por supuesto, antes de iniciar el aluvión de basura verbal, Silva -con cara de escorpión que se quedó sin rana- afirmó estar contento por la liberación. Recordé en ese momento unas palabras de Hannah Arendt, al describir a los líderes de la revolución francesa, en "Sobre la Revolución": "la hipocresía es el vicio mediante el cual se manifiesta la corrupción". Y que la palabra "hipócrita", en griego, significa "actor".La arrechera de Silva se debía a que según él, la liberación de Betancourt y compañía no habría sido posible sin los esfuerzos del comandante Chávez. Él, y sólo él, "creó las condiciones que condujeron a la liberación". De seguidas, mostró el video del Aló Presidente en el cual Chávez solicitaba a las FARC la libertad de Ingrid. Luego, mientras se daba la rueda de prensa del presidente Uribe con los rescatados, sus familiares, y la plana mayor militar responsable de la "Operación Jaque", VTV, el canal otrora del Estado, hoy del chavismo, colocó la repetición de un video con palabras de Chávez reunido con Lula. Todo un notición. A Silva y a secuaces suyos como Escarrá, o el contralor Russián, les conviene recordar que la revolución francesa, antes de devorar a sus hijos, los desenmascaró; pregúntenle a Tascón, a Acosta Carles, etc. qué sienten luego de haber sido expulsados del paraíso revolucionario. En todo caso, allá ellos. De todos estos exponentes de la servidumbre y podredumbre revolucionarias no puede esperarse ya nada decente, ni patriótico. Mientras, los verdaderos demócratas, en Colombia y en el exterior, se preparan para un nuevo round de luchas por la liberación total de los secuestrados que todavía quedan. Se anuncian nuevas acciones, así como una marcha multitudinaria, igual a la realizada en muchas ciudades del mundo en febrero pasado. De la oposición criolla, político-partidista o no, que seguramente apoyará estas acciones, esperaría también que tomara la iniciativa de exigirle al gobierno y a Hugo Chávez que, de una buena vez, demande la liberación sin condiciones ni plazos de las decenas de venezolanos prisioneros de sus amigos de las FARC. Por supuesto que deseamos la liberación de TODOS los prisioneros, sin distingos. Pero uno esperaría del presidente del país una acción especial por los compatriotas secuestrados. No puede seguir siendo indiferente ante sus padecimientos. Chávez debe asumir esta oración, que creo pertenece a Hermann Broch: en política la indiferencia es siempre indiferencia ética. Es el momento oportuno también para exigirle a Chávez una definición contundente y clara sobre qué medidas tomará Venezuela frente a unas FARC en posible desbandada. ¿Seremos un "resort" protector de asesinos y de terroristas? ¿No es suficiente con los índices de criminalidad que a duras penas soportamos?Al momento de escribir estas líneas, Chávez sigue callado, más allá del mensaje de felicitación a Uribe, que las circunstancias diplomáticas demandaban. Ingrid Betancourt le habló con claridad. Su esfuerzo, por amigo de las FARC, puede ser útil para liberar a los presos que quedan. Pero que entienda de una buena vez que ello implica cesar las hostilidades contra el gobierno legítimamente democrático de Colombia y aceptar que el pueblo colombiano eligió a Uribe como presidente, no a las FARC. Los venezolanos debemos preguntar y re-preguntar: los secuestrados nuestros, criollitos, ¿cuándo serán liberados por tus panas del alma, Hugo Chávez? ¿No merecen acaso los compatriotas secuestrados una acción tuya, tú que lamentaste amargamente la muerte del asesino Raúl Reyes? ¿O será que la vida de ellos es menos importante que la muerte de Reyes?

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