martes, 1 de julio de 2008

La Cierva Cerenita y el Jabalí de Erimanto


"Cualquier intento de liberación por grandioso que este sea, si no tiene en cuenta la necesidad de disolver el Ego, está condenado al fracaso" Samael Aun Weor. Deviene ahora extraordinaria la tercera hazaña de Hércules, el Héroe Solar, el cual se refiere a la captura de dos animales, suave el uno como veloz, turbulento y amenazador el otro. La Cierva Cerenita y el Jabalí de Erimanto. Hércules debía capturar a la cierva para llevarla viva a Micenas y entregarla a Euristeo. La cierva de Cerenita, tenía pezuñas de bronce y cornamenta de oro, estaba consagrada a Artemisa ya que era una de las cinco ciervas que la diosa había intentado capturar para engancharlas a su carro y había sido la única que había logrado escapar. Pero la cierva era muy veloz y no le fue fácil atraparla, por lo que la persiguió día y noche sin descanso. Allí la capturó mientras ésta tomaba agua y la llevó a Euristeo. En la cierva podemos ver una clara alusión al Alma humana, el Manas superior, el alma guerrera. Es esa alma que sufre y que da la parte muy humana en nosotros. La cuál pasa por una serie de sacrificios y prodigios de valor. El Animal Intelectual equivocadamente llamado Hombre, tiene encarnada dentro de sí mismo una fracción del Alma Humana. A tal fracción se le denomina "Esencia", en el Zen Nipón se le llama simplemente el "Budhata", es el Material Psíquico con el cual se puede y debe fabricar el alma. Lamentablemente la Esencia subyace en sueños dentro de ese abigarrado y grotesco conjunto de entidades sumergidas, tenebrosas, que constituyen el Ego, el Mí Mismo, el Sí Mismo. Y es precisamente en el Jabalí de Erimanto donde encontramos una clara alusión al Ego, es el símbolo viviente de todas las bajas pasiones. Hércules debía apresar al jabalí de Erimanto, quien era una criatura que causaba estragos. Cuando iba en busca de éste se le apareció Atenea que le dio una cadena. Cuando Hércules vio al jabalí regocijándose en un charco de agua, le lanzó un grito de desafío y echó a correr como si tuviera miedo del animal monte arriba hasta fatigar al jabalí. Aprovechando el desconcierto del animal saltó sobre su lomo, logró trabar sus patas y su hocico con la cadena que le dio Atenea y lo cargó sobre su espalda. Para poder eliminar al ego debemos de observarlo, ser pacientes como Hércules observar al enemigo, no temer a enfrentarnos a nosotros mismos, conocer nuestras más bajas pasiones, para ello necesitamos de la ayuda de Atenea la Sabiduría y la voluntad. Debemos comprender nuestros defectos psicológicos para luego poderlos eliminar. El iniciado debe reducir a polvareda cósmica al espantoso jabalí, eliminar los gérmenes causales de los defectos eliminados. La eliminación radical de cualquier defecto psicológico, fracasa absolutamente cuando no se disuelve su causa secreta. Los múltiples elementos subjetivos que constituyen el Ego tienen raíces causales. Los yoes causas están vinculados a las leyes de Causa y Efecto. Obviamente no puede existir causa sin efecto, ni efecto sin causa; esto es incuestionable, indubitable. Sería inconcebible la eliminación de los diversos elementos inhumanos que en nuestro interior cargamos si no eliminamos radicalmente las causas intrínsecas de nuestros defectos psicológicos. La Esencia es “Voluntad-Consciencia” desgraciadamente procesándose en virtud de nuestro propio condicionamiento. Cuando la voluntad se libera, entonces se mezcla o fusiona integrándose así con la Voluntad Universal, haciéndose por esto soberana. La Voluntad individual fusionada con la Voluntad Universal, puede realizar grandes prodigios. Quien posee Voluntad libre de verdad, puede originar nuevas circunstancias; quien tiene su Voluntad embotellada entre el “yo pluralizado”, es víctima de las circunstancias. Bibliografía consultada: Las tres montañas, Tarot y Cábala, La Gran Rebelión y Psicología Revolucionaria. Mitología Griega, editorial Porrúa.

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