sábado, 3 de julio de 2010

El Comunalismo


Por: Agustín Blanco Muñoz - abm333@gmail.com - El escándalo ‘pudreval’ debe verse como una clara expresión de la sobre-descomposición que recae hoy sobre este ex-país. Nadie puede negar que estamos ante “una revolución” corrupta en todos los sentidos e incapaz de ir más allá del brutal despilfarro de la renta petrolera. La actual crisis económica es insuperable en el corto y mediano plazo. Todo apunta hacia un abismo-hundimiento de proporciones gigantescas. Y esto se debe en lo fundamental a la improvisación de este régimen empeñado en pasar del sistema capitalista al socialista vía comunismo, para lo cual debe enfrentar y destruir lo existente para crear la nueva realidad. Una década después se sabe que no hay avances sino una crisis insalvable en el corto y mediano plazo. Esta situación, expresada en los llamados indicadores económicos y que se sintetiza en la progresiva escasez de dólares, tiene una seria repercusión a lo interno del PSUV, donde se enfrentan entre sí las diferentes tendencias, desde las institucionalistas hasta los radicales y burócratas de la corrupción. Una situación que se intenta corregir con La Comuna como un ‘nuevo modelo productivo’, que le resulta al régimen indispensable para implantar una nueva estructura geopolítica que le acerque al dominio de todos los desórdenes que conforman este ex país. La agrupación de Comunas como centros de producción independientes y autónomos se convierte en una vía para el establecimiento de ‘unas relaciones y un modo de producción solidarios’. Es el fin del capitalismo y la explotación. Sin violencia y bajo la guía de un líder-héroe-caudillo, que es el máximo representante del Estado revolucionario. Las Comunas son entonces centros de producción, de vida en general y de guerra. Es la nueva organización de la sociedad que nace supeditada y controlada por el centralismo estatal. Y cada unidad exhibirá su comunalismo, con su atraso, ausencia de lucha de clases y de mercado, trueque y ‘moneda solidaria’. Una entidad creada a fuerza de inversiones que conduce indefectiblemente hacia otro fracaso. El camino hacia el comunalismo, que no comunismo, es un serio intento por reproducir aquí la tragedia cubana, con el agravante de que es inestimable el capital que se perderá en esta ‘revolución de y para la destrucción’. Sancho. Ese comunalismo venecubano no recorre el mundo sino todas las miserias!

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