Verdades y mentiras con proyección internacional

El Gobierno bolivariano acostumbra desvalorizar hechos y realidades con mentiras o con manipulaciones de la verdad, sin importar de donde provengan las afirmaciones, opiniones, críticas o denuncias. En las últimas semanas esta rutina se aplicó a dos hechos que se proyectan a nivel internacional.El primero involucra al Arzobispo de Caracas, el cardenal Jorge Urosa Savino, a la Iglesia Católica y al Vaticano. El presidente Hugo Chávez atacó ferozmente y tildó de troglodita y mentiroso al cardenal Urosa tras unas declaraciones públicas del prelado rechazando las violaciones constitucionales del Gobierno venezolano que llevarían a instaurar en el país un comunismo. El Mandatario Nacional niega ser comunista, desdiciéndose a sí mismo, ya que en repetidas ocasiones ha proclamado que es marxista y ha mandado a sus acólitos a leer El Capital de Karl Marx. Que se sepa es casi imposible, por no decir imposible, comulgar con el marxismo sin ser comunista. De hecho, las bases del Socialismo del Siglo XXI, que pregona Chávez se sustentan en un símil del colectivismo y en la propiedad comunal instaurada en las dictaduras comunistas de la Unión Soviética y la Cuba de Fidel Castro. Otra verdad que ha provocado una nueva ola de mentiras del Gobierno, es la acusación del Gobierno de Colombia de que el Gobierno venezolano está dando apoyo y cobijo territorial a los narcoterroristas de las FARC y el ELN. En ambos países es un secreto a voces que estos narcoterroristas circulan a su antojo entre ambos países. Es más, se sabe que el Gobierno de Colombia ha entregado en varias ocasiones las coordenadas donde se ubicaban campamentos guerrilleros y líderes de las FARC en Venezuela, aparentemente sin que el Gobierno de Chávez haya tomado acciones al respecto.Esta semana el Gobierno de Uribe da un paso más allá, y presentará el jueves 22 de julio ¨el caso de la presencia de grupos narcoterroristas en territorio venezolano, que afectan la seguridad nacional de Colombia" en una sesión extraordinaria del Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos. Y pareciera que estaría dispuesto a llevarlo a la Corte Internacional de La Haya de ser necesario. El Gobierno de Chávez ha desestimado estas acusaciones sostenidamente. Ahora, pareciera que está llegando la hora de pasar de la desmentida retórica a pruebas de mayor contundencia que demuestren que Colombia no está en lo cierto. ¿Podrán?
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