sábado, 9 de enero de 2010

Síndrome de Münchhausen


De Wikipedia. - Inventarse y fingir dolencias - El síndrome de Münchausen es una enfermedad psiquiátrica, que se caracteriza por inventarse y fingir dolencias (o incluso provocárselas a sí mismo, mediante la ingesta de medicamentos o mediante autolesiones) para llamar la atención de los médicos, y ser tratado como un enfermo. Forma parte de los Trastornos Ficticios en las clasificaciones psiquiátricas internacionales (CIE-10 y DSM-IV). Es casi más conocido el síndrome de Münchhausen por poderes, por el cual un adulto provoca o hace fingir las enfermedades sobre un niño que está bajo su control, frecuentemente hijos o sobrinos. Causas, incidencia y factores de riesgo. Este trastorno casi siempre involucra a una madre que abusa de su niño buscándole, o para ella misma, atención médica. Se trata de un síndrome raro, poco comprendido cuya causa es desconocida. La madre puede simular síntomas de enfermedad en su niño añadiendo sangre a su orina o heces, dejando de alimentarlo, falsificando fiebres, administrando sustancias para inducir vómitos o diarrea. También puede usar otras maniobras como infectar las líneas intravenosas para que el niño aparentemente o en realidad esté enfermo.
Estos niños suelen ser hospitalizados por presentar grupos de síntomas que no parecen ajustarse a enfermedad clásica alguna. Con frecuencia, a los niños se les somete a exámenes, cirugías u otros procedimientos molestos e innecesarios. En el hospital, la madre es muy colaboradora y apreciada por el personal de enfermeras por el cuidado que le da al niño. Comúnmente se la ve como devota y de una abnegación poco común, lo que hace poco probable que el personal médico sospeche el diagnóstico real. Sus visitas frecuentes también le dan fácil acceso para poder inducir más síntomas. Los cambios en el examen físico o signos vitales nunca son presenciados por el personal del hospital, pero casi siempre ocurren en presencia de la madre. El síndrome de Munchausen ocurre por problemas psicológicos del adulto y es generalmente un comportamiento que busca llamar la atención de los demás. Sin embargo, el síndrome puede atentar contra la vida del niño involucrado ya que este comportamiento inusual puede llegar hasta el punto de daño físico grave e incluso la muerte. Si bien no es una norma absoluta es prácticamente regla que el progenitor abusador del niño sea la madre, siendo el padre una persona sin presencia dentro de la familia y la educación de sus hijos. Síntomas. Los niños normalmente se presentan con una serie de dolencias que provienen de órganos diferentes. La revisión de los primeros 20 años de la condición describió 68 síntomas diferentes, señales, y resultados del laboratorio en 117 casos de Síndrome de Münchhausen, con aproximadamente 70% de síntomas inducido o ficticios que ocurren en el hospital. Actualmente, se han informado más de 100 síntomas. Los más comunes incluyen el dolor abdominal, vómito, diarrea, la pérdida de peso, cólicos, el apnea, las infecciones, las fiebres, sangrado, envenenamiento y letargo. Un estudio informó las enfermedades múltiples en 64% de 56 niños del índice que eran víctimas de este mal. Otros informes indican que algunos niños presentan del principio con un solo evento serio, como el episodio de apnea severo sin la historia anterior de fabricación. Los síntomas del niño no se ajustan a ningún cuadro de enfermedad clásica o no concuerdan entre sí. Los síntomas del niño mejoran en el hospital pero recurren al regresar al hogar. La sangre en las muestras de laboratorio no concuerda con el tipo de sangre del paciente. Evidencias inexplicables de drogas o sustancias químicas en el suero, en las heces o en la orina. Comportamiento excesivamente atento y "voluntarioso" de la madre o el padre, lo cual puede levantar sospechas a la luz de otros hallazgos. A menudo, la persona está involucrada en un campo de la salud, como la enfermería. Fingir enfermedades, lesiones y otras condiciones "patológicas", sin causa demostrada. Historia dramática, plausible, mezcla de verdades y falsedades. Deseo de hacerse exámenes, investigaciones, intervenciones, etc. En ocasiones, patrones de cuadros clínicos demasiado típicos, como de un libro de texto. Evidencias de muchos procedimientos (cicatrices, resultados de exámenes, etc.) Comportamiento agresivo, fuera de las reglas normales de conducta, "elusivos y truculentos". Antecedentes de múltiples atenciones e ingresos en muchos hospitales. Altas de los hospitales a petición, o antes de lo recomendado. No adherencia a los consejos médicos. Las madres con síndrome de Münchhausen causan daño deliberadamente a sus hijos y luego mienten sobre el origen de las extrañas dolencias para satisfacer su enfermiza necesidad de llamar la atención, a veces para salvar su matrimonio o ganarse la simpatía de los demás apareciendo como víctimas. La enfermedad mental de Münchhausen es causa de muchas muertes infantiles en todo el mundo, sin embargo, todos advierten que es imposible dar con la cifra exacta, dada la dificultad con la que frecuentemente se topan los especialistas para diagnosticar el síndrome. Señales de alarma. Las madres se niegan a que los hijos se separen de su lado o que alguien distinto los cuide, fingiendo que están enfermos y deben cuidarlos. Siempre están dispuestas a que al niño le hagan pruebas médicas, tratamientos y operaciones, sin importarle las consecuencias. Otros niños que han estado bajo el cuidado de la persona también han padecido enfermedades crónicas inexplicables. Según psicólogos especializados en Munchansen, el hábito de mentir se convierte en una actuación tan perfecta que las madres realmente llegan a creerse que están ayudando a sus hijos. A estas madres les gusta el prestigio social de una enfermedad misteriosa; les gusta la proximidad a los profesionales médicos poderosos; les gusta la atención y el drama, la prisa de la adrenalina del la Sala de Urgencias. Además de eso, algunos parecían obtener satisfacción por aterrorizar a sus niños. ¿Qué es el Síndrome de Munchausen? Aunque no es raro, este síndrome es difícil de descubrir y confirmar. En 1951, los Dr. Richard Asher usaron el término “síndrome de Munchausen” para describir a adultos que se inventaron enfermedades para conseguir la atención médica, para adoptar el papel de enfermedad y recibir los procedimientos médicos totalmente innecesarios así como los tratamientos, pero sobre todo recibir la constante atención del personal médico y la fama y celebridad de padecer una enfermedad “rara” o desconocida. El término fue acuñado en referencia al Barón de Münchhausen, que fue un mercenario militar de Munchhausen, una región de la Baja Sajonia , conocido por los cuentos de ficción y mentiras sobre fantásticos viajes. El Prado de Roy acuñó el término el síndrome de Munchausen para describir a 2 madres que en 1977, mintieron respecto a síntomas que dijeron padecían sus dos niños, los cuales eran provocados por ellas mismas. Uno de los niños tenía una historia de afecciones respiratorias que se prolongó mucho tiempo, pasando de asfixia recurrente a la orina sangrienta, y el otro tenía una historia de hipernatremia (exceso de sodio en la sangre) recurrente. El primer niño cuyos síntomas sólo ocurrieron en la presencia de su madre, mejoró durante el tratamiento psiquiátrico de la madre por su conducta abusiva. Los síntomas del segundo niño sólo ocurrieron en casa, y él murió como resultado de hipernatremia severa. En 1994, el médico informó que la madre del muchacho admitió a su psiquiatra que ella mató a su hijo con el envenenamiento de sal. Estos 2 casos subrayan la importancia de reconocimiento temprano del Síndrome de Munchausen por la gravedad de sus consecuencias. En esta discusión, se repasan varios aspectos de este síndrome, incluso el predominio, las características de los delincuentes y sus víctimas, complicaciones, diagnóstico. Tratamiento. Una vez reconocido el síndrome, es necesario proteger al niño y retirarlo del cuidado directo de la madre o padre, a quien se le debe ofrecer ayuda más que acusarlo. Dado que esta es una forma de abuso infantil, se debe notificar del síndrome a las autoridades. Lo más probable es que se recomiende terapia psiquiátrica para el padre o madre involucrada. Sin embargo, dado que este trastorno es raro se conoce muy poco sobre tratamientos efectivos. Prevención. La detección del síndrome de Manchausen en una relación padres - hijos puede evitar la continuidad del abuso y los exámenes médicos innecesarios, costosos y posiblemente peligrosos. El principal problema, sin embargo, es la tardanza del médico tratante en la detección del síndrome, al presentarse la madre, padre o cuidador del niño o niña, de una forma muy solícita al momento de tratar con el niño, haciendo no dudar del o los progenitores, en donde muchas veces no se quedan en un mismo recinto hospitalario, haciendo muy difícil el seguimiento y detección. Consecuencias negativas. Como consecuencia de todo lo anterior, la relación médico - paciente está totalmente alterada. El médico comienza a desempeñar la función de detective o policía, en lugar de constituir el profesional capaz y humanitario en disposición de solucionar los problemas de salud de sus pacientes. El enfermo también cambia su papel, de ser aquel sujeto que va a solicitar ayuda, al de tratar de engañar al facultativo. El resultado es una relación tensa, antagónica, difícil. Existe la tendencia a que el médico se moleste con el paciente, aunque lo adecuado sería enfrentar esto sin juzgarlo. La situación ética es muy complicada para el médico. Nunca pueden estar seguros al 100 % que la persona no tiene "nada" y que está mintiendo o exagerando al máximo. La experiencia dice que mientras más se hace por el enfermo y se le "complace", las cosas irán peor en estos casos. Siempre habrá nuevas dudas, nuevas quejas y es muy fácil indicar nuevas pruebas o nuevos tratamientos. Inicialmente, el enfermo puede aceptar el médico que se le asigne para su atención -cuando no puede seleccionarlo-, pero cuando el facultativo comience a sospechar que las evidencias de la enfermedad son inconsistentes, el paciente pide cambiar de médico, lo que generalmente el profesional acepta de buena gana ("enemigo que huye, puente de plata"). Como antes referimos, si se le demuestra al paciente que sus quejas son inciertas, o que ha cometido "fraude", se irrita y, muchas veces, se va a atender con otro médico o en otra institución. La repercusión familiar, social y económica de las enfermedades ficticias es incalculable. Se enferma la familia, de una forma u otra. Laboralmente, constituyen un dolor de cabeza. Son ausentistas empedernidos.

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