miércoles, 5 de agosto de 2009

En el nombre de Dios


Por: Coronel (FAV) Sammy Landaeta Millán - Han pasado nueve años, de nuestra disidencia de las Fuerzas Armadas Nacionales y todavía observamos personas que dudan de las intenciones de Hugo Chávez Frías, para instaurar el Comunismo en Venezuela. Pero cada día que transcurre; estamos más contentos y NO sabemos que es lo que sentimos. Quizás es la satisfacción de ver menos incrédulos y más ciudadanos convencidos que el vandalismo NO puede invocarse: EN EL NOMBRE DE DIOS. Hemos transmitido que nos atropelló un carro, presuntamente ordenado por los que hoy se sienten los dueños del país y NO querían “piedras en su camino.” Vemos a diario que tiene razón la periodista Nitu Pérez Osuna cuando escribe su columna: “No vale; yo No lo creo.” Pues créalo señor o señora, comerciante o agricultor, trabajador de la economía informal o ama de casa. EL COMUNISMO auspiciado por Hugo Chávez Frías es una triste realidad en Venezuela. Pero NO se preocupe, siga PASIVO; porque tenemos cosas a nuestro favor: Al menos conocemos las voces de aquellos que llaman a nuestras casas desde el DIM o la DISIP; para corroborar si estamos en nuestra residencia. Sabemos el procedimiento de “intervención” de nuestros teléfonos. Somos testigos que ya NO quedan negocios, clínicas, escuelas, supermercados o pulperías; que NO hayan sido invocados en la llamada equivocada. Hoy es Muebles Sorrento, mañana Locatel, pasado Unicasa y así sucesivamente Supermercado San Diego o Lámparas Mariara, en San Antonio de Los Altos, Estado Miranda u otros establecimientos; donde usted resida. Si usted pregunta: Señor, señora o señorita; “Usted llama del DIM o la DISIP;” al instante cuelgan; pero tampoco nos sorprende que aquel vecino, amigo, conocido, o compañero de promoción ahora NO nos trata. Para ellos somos vulgares “escuálidos” y vigilan nuestros movimientos e informan itinerarios, sin importarles si ayer hubo amistad o familiaridad. Prevalece ante todo; la ideología adquirida por obra de un resentimiento social o transmitido porque somos “enemigos de la revolución” cuando ayer nos consideraban como mejores amigos, vecinos o compadres. También podemos oír relatos como los de la amiga que tenía un novio que trabaja en el DIM. Un día fue a recogerlo y él le dijo bájate y espérame, pero NO puedes pasar de aquí: “Ahí están todas las personas que teníamos infiltradas en la Plaza Altamira y te conocen.” Quizás también pueda sucederles, que al ir a visitar a los presos políticos en la DISIP, consigan unas “muchachas” de aspecto familiar, que esconden rápidamente el carnet porque quedaron al descubierto ya que eran parte activa en la Oposición. Tiene razón el “Comandante-Presidente:” “Los tenemos infiltrados hasta los tuétanos;” pero eso NO implica que seamos ajenos de conocer que el Neo Comunismo en Venezuela, camina de la mano de la Narcoguerrilla subsidiada por los dineros del Estado venezolano. Que el depredador de los más caros ideales de la Patria -maneja a sus anchas- el patrimonio público, e inventa de todo; para amedrentarnos, amenazarnos o vulnerarnos y que el terrorismo de Estado; es un hecho inédito, aplicable solo, por NO compartir la vagabundería del Socialismo del Siglo XXI. Quizás hasta tengamos firmada una sentencia de muerte porque NO aprobamos tener un pensamiento único, una idea unitaria manejada desde el desgobierno y rechazamos de plano, que lo bueno esté en la REVOLUCIÓN y lo malo en todo lo demás. Además podemos resultar excluidos de cualquier actividad, porque NO compartir que el ladrón del régimen sea nuestro amigo y que las viejas, que dirigen los poderes públicos y la fiscalía propongan “limitar” el derecho a la LIBERTAD de EXPRESIÓN. Parecería que hay que regular la “acción opositora” pero NO la ejecución vandálica del ejercicio gubernamental. Tal vez usted pueda ser víctima del “choque fortuito” orquestado por la DIM o la DISIP y nadie se lo creería: Su vehiculo resultó golpeado por un carro con cuatro personas abordo y al final NO llega el fiscal de tránsito. Todo se concreta en lo siguiente: “No vale no fue nada; es un rayoncito y tú debes tener ese carro asegurado.” La intención era mostrarse, retardarle o indicarle que están ahí. Otros han corrido peor suerte, al aceptar la “llamada” o la cita de presuntos amigos ó amigas. Luego su cadáver es encontrado en el cuarto de un hotel de mala muerte, donde tristemente la mayoría aparecen desnudos, con signos de violencia, indicios de violación y se difunde que en el “encuentro amoroso” sufrió una intoxicación etílica, sobredosis o ingesta de pastillas estimulantes de la actividad sexual -siendo persona joven- como el caso del oficial de la Casa Militar, de la Presidencia de la República. Otro móvil es la llamada hacia su residencia, -antes del ALLANAMIENTO- el corte del servicio eléctrico en el edificio/sector o la AMENAZA a su teléfono celular, para que ejecute un procedimiento -de BANDIDAJE- como autoridad pública, en perjuicio de personas u entes opositores al régimen. Pero lo más INSÓLITO puede ser que -terceros- ejecuten el cambio de la cerradura de su residencia, para sorprenderlo en la puerta; ante un presunto requerimiento “judicial”. Es evidente que quizás sabemos mucho de las andanzas del régimen y tal vez también sepamos visualizar que falta muy poco para que un PUEBLO salga A LA CALLE a REPUDIAR el vandalismo, la depredación, la muerte, la inseguridad, el hambre, la miseria, el alto costo de la vida, la escasez de alimentos y las promesas incumplidas de un desgobierno que lleva 10 años de nefasto ejercicio y quiere quedarse 30 más. Es inaudito que vivamos en una Nación donde las “autoridades” de seguridad pública como los generales del Ejército Miguel Rodríguez Torres y Hugo Armando Carvajal Barrios, directores de la DISIP y la DIM respectivamente; sean presuntamente señalados en actos reñidos con la justicia. En un País donde su pretendido presidente -además de cercenar la libertad de expresión y los derechos humanos- es señalado como socio, amigo y protector de la narcoguerrilla de FARC-EP. En un Estado donde algunos miembros de la comunidad internacional ubican a su jefe; como promotor del ala armada, de los grupos terroristas Islámicos en Latinoamérica. Pero el colmo de todo eso; es ver que Hugo Chávez Frías, en todas sus acciones políticas, opresoras y militaristas, pretende manipularnos cuando acostumbra invocar sus lúgubres procedimientos: EN EL NOMBRE DE DIOS ¡Que blasfemia!

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