Hace 50 años, un 31 de octubre, Rómulo Betancourt, Rafael Caldera y Jóvito Villalba, los líderes de los tres principales partidos de Venezuela, firmaron el Pacto de Punto Fijo, que permitió consolidar la democracia en el país y guiarla por cuatro décadas.El Pacto surgió en la fase previa a las primeras elecciones que se realizarían desde la caída del dictador Marcos Pérez Jiménez. Estos tres grandes líderes y sus organizaciones partidistas se comprometieron a defender la constitucionalidad, el respeto a los resultados electorales, basado en un Gobierno de unidad nacional, con responsabilidades compartidas y con un programa mínimo común.Su motivo central era propiciar el establecimiento de una democracia, plural y libre. Otro factor que determinó la firma del Pacto fue el que tenían la plena conciencia de que si los demócratas no hacían causa común, nuevamente el país retornaría al yugo de una bota militar. Como recuerda el ex canciller Simón Alberto Consalvi en su columna de El Nacional del 31 de octubre, la década brutal de la dictadura de Pérez Jiménez sirvió para que sus líderes comprendieron que "o actuaban civilizadamente, respetando las reglas del juego democrático o no habría en Venezuela sino gobiernos militares, con tanques en las calles, censura de prensa, pillaje organizado, cárceles y exilio, y el toque de queda".Hoy al igual (o peor) que ayer, Venezuela está amenazada con el fantasma del totalitarismo por un mandatario que, a pesar de haber sido electo bajo las leyes de la democracia, tiene un desaforado afán hegemónico y busca implantar un proyecto de país llamado Socialismo del Siglo XXI, el cual tiene un claro tinte fascista. Sin embargo, hoy al contrario de ayer, el liderazgo democrático luce desarticulado y no se percibe sincronizado. Le urge a ese liderazgo articular una visión de país compartida por la mayoría de los venezolanos, para enfrentar al fascismo en ciernes.También, al contrario de hace 50 años, el liderazgo nacional parece que no ha calibrado el potencial destructivo que tiene su adversario para acabar definitivamente con el sistema democrático venezolano.Ejemplo emblemático de esta ceguera de algunos sectores de la oposición, son los casos de Chacao y el estado Bolívar donde a tres semanas de las elecciones todavía los partidos no logran concretar un candidato unitario. Más importante aún es que en algunas regiones, los partidos no se han puesto de acuerdo en los mecanismos de recolección de las actas electorales, a fin de poder conocer rápida y oportunamente los resultados de los comicios y así evitar eventuales abusos y manipulaciones de la data, práctica ésta a la que ha mostrado ser proclive el sector oficialista en pasadas elecciones. A pesar de los indudables avances logrados por la dirigencia opositora para los comicios regionales del 23 de noviembre, uno de los más importantes de los últimos años, aún le falta mucho que aprender de aquel 31 de octubre de 1958.
Saludos desde Canarias, siete peñascos en el Atlántico que conocen a Venezuela como la Octava Isla. Antes de salir, sólo voy a pedirte 20 segundos de tu vida para que accedas a mi blog http://www.hiperbreve.blogspot.com y leas alguna de mis pequeñas historias, voy muy bien en el certamen pero necesito el empujoncito final y ¡sólo faltan unas horas!. Si en conciencia piensas que podría merecer tu voto, adelante. Si no, me basta con que me dejes un comentario. Muchas gracias y disculpa la intromisión en la intimidad de tu blog.
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