lunes, 24 de noviembre de 2008

El CRI-CRI


Eugenio Montoro - montoroe@yahoo.es - Cuando este artículo aparezca ya Venezuela habrá votado para sus candidatos regionales. Si todo transcurre como otras veces tendremos algunos candidatos oficialistas celebrando, los opositores de rumba y otro grupo señalando que hubo trampa. Tardaremos un mes en tener resultados aproximados pues si de algo se ha hecho famoso este CNE es por esperar “órdenes superiores” para definir que hacer o que anunciar. Si las encuestas son ciertas y las uñas del CNE no se pueden meter mucho, el País tendría un nuevo mapa político bastante favorable a los opositores y con ello una esperanza de resolver el problema existencial que representa esta la horda de salvajes comunistoides que en mala hora tomaron el poder en Venezuela. Lo que si es evidente es que los resultados del lado oficialista tienen poco que ver con los candidatos. Al igual que aquella emulsión de hígado de bacalao que mostraba a un tipo con el inmenso pez al hombro, Chávez se metió en la campaña agarrándose para si al “pescao” electoral haciendo claro que no confiaba en sus candidatos, repitiendo su antigua creencia de que al polarizar las cosas todo el mundo iba a salir a votar por aquellos a los que les levantara la mano. Lo cierto es que a sus candidatos los convirtió en mudos e incapaces pues tenía que venir papi Chávez a defenderlos porque ellos solos no podían ganar. Independientemente de los resultados, Chávez perdió una buena oportunidad de hacer crecer a su partido. La oportunidad de hacer emerger líderes nuevos. Chávez (quizás sin darse cuenta) castró al PSUV por su afán de controlarlo todo. El PSUV muerto está. Solo existe Chávez y los demás son jarrones chinos, bonitos pero inmóviles. Ahora bien, no es intención de estas líneas meternos en lo que no nos importa, al fin y al cabo si a los miembros del PSUV y a los candidatos a gobernadores y alcaldes oficialistas no les incomoda que el sátrapa los arrastre, pues el problema es de ellos, pero lo que si es un problema nuestro es que en su afán de coronarse, Chávez, nos hiciese casi imposible vivir tranquilos. Durante las últimas semanas el “candidato” Chávez no paró de discursear por toda Venezuela, de ofender, de amenazar, de gritar y de, abrumadoramente, encadenarse todos y cada uno de los días. Ninguna cachifa habrá votado por Chávez como consecuencia de esa inaudita interrupción de los sabrosos culebrones y ningún cansado marchante le habrá perdonado hacer más tedioso su regreso a casa al solo tener las opciones de oírle o de apagar el radio. En Venezuela unos diminutos insectos especializados en atormentar las partes íntimas con intenso escozor, vinieron a ser sinónimo de persona cansona, fastidiosa y molesta y, además, el ingenio popular inventó que esos bichos deberían tener también quién las mortificara de la misma forma y de allí salió la idea del cri-cri. Manuel Caballero (nunca nosotros, libre Dios) ha tildado a nuestro amado Presidente de cri-cri como representante supremo de lo fastidioso. Encadenar al País entero por todos los medios de comunicación para hablar de asuntos personales, cantar, chicharachear, poner en servicio una modesta planta de procesamiento de leche (si consiguen la leche) o una graduación de muchachos en Margarita es, sin lugar a dudas, una absoluta falta de respeto al ciudadano. Solo esperamos que en este Diciembre el cri-cri nos deje tranquilos y, al menos, nos comamos las últimas hayacas en paz. Aunque, pensándolo bien, quizás 2009 no sea tan malo después de todo. De seguro no tendremos hayacas por la tremenda pelazón económica que nos viene, pero posiblemente tampoco tendremos al cri-cri.

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