¿Por qué no te callas?

Editorial Notitarde C.A. - Por: Mariahé Pabón - mariahep@yahoo.com (*) - "Grita como un energúmeno. Suelta sus doblones de oro a ver si acalla las críticas y convence a los descreídos. Chilla como un cerdo a la vista del cuchillo cochinero. Patea y da coses como un animal herido. Y en medio de su locura atisba que se le acaba el viaje. Entonces despierta de sus malos sueños, consciente de que no es don Quijote de la Mancha ni Cipriano Castro sino Hugo Rafael, el teniente coronel, hijo de doña Elena, la brava y de don Rafael, el maestro". Pedro Lastra, Noticias 24. Carta en tiempos de infarto - Hugo Rafael: El domingo próximo levántate temprano o prosigue en tu desvelo, si no te has acostado por la furia del sábado en la noche. Tómate tu litio, tu antihipertensivo y tu tableta contra la acidez estomacal, por si acaso te llega de sorpresa la diarrea como aquella vez que ibas en el autobús y... vino lo que vino como lo contaste en tu cadena cultural. Desayuna completo con jugo de lechosa, caraotas, carne asada, huevo frito, arepa y café negro fuerte. Vístete de rojo, colócate un chaleco anti infartos y envuelve tus manos en una manopla de adhesivos no sea que en esos arrebatos propios de tu carácter te quedes mocho, lo que sería un auto magnicidio de esas tus armas con las que nos amenazas todos los días, de esas tus manos que bates con rabia cuando nos dices que nos vas a acorralar sin clemencia para que sepamos que eres macho de ley. Nos darás en la madre - Para que no salgamos a votar nos aseguras que vas a sacar los tanques a la calle, que nos vas a pulverizar, nos vas a dar hasta en la madre. ¿La madre de quién? - Vas a ordenar guardia policial a Rosales para que lo metan preso después de las elecciones. A tu eructador glorioso lo enviaste al basurero por traidor. Si el Pollo gana, vas a sacar los tanques de la Brigada Blindada para defender al pueblo de la oligarquía: "Tengo que largar la artillería, porque para algo soy lo que soy", has sentenciado. ¿Quién eres, Dios mío? ¿Por qué todo lo conviertes en guerra, en odio, en peleas de matones? ¿Qué necesidad tenemos de aguantar tu verborrea de cloaca a toda hora? ¿Sabes que un familiar tuyo muy querido, muy cercano, no escucha tus peroratas porque siente vergüenza? James Bond - ¿Te has enterado de que todos los noticieros del mundo se ríen de tus bravuconadas, tus guerras asimétricas, tus delirios cotidianos y la especie difundida en una de tus cadenas en la que aseguraste que tus espías habían encontrado trazas de rayos láser en tus partes vitales? Entiendo que los rayos láser traspasaron tu humanidad, como en las películas de James Bond y saliste ileso, porque eres inmortal. Mal dato para tus presuntos magnicidas. Sabido es que los rayos láser, al menos en medicina, no son peligrosos, pero si hay trazas en tus partes vitales, pues tendrías que ir al urólogo, para curarte en salud, digo yo. Las partes vitales, valga la redundancia, son vitales. ¿Podrán los rayos láser introducirse así porque sí, y, quién o quiénes pudieron dispararte? Yo juraría que esos rayos láser vinieron de un fusil ruso y fueron lanzados por uno de tu entorno que no te quiere, porque después de todo y tú mismo lo dijiste, no eres monedita de oro. El traidor agazapado - Acuérdate que quienes cometieron magnicidio con el gran Julio César, fueron sus panas del Senado y uno de sus hijos, Bruto, y que Jesucristo en la última cena señaló sin miramientos al traidor que lo entregaría a sus verdugos del Sanedrín. Uno de ellos, uno que lo vendió por un puñado de monedas: Judas Iscariote. Eso es historia, está escrito y no te quiero comparar ni con César ni con Jesús, sólo comentar que quien dejó trazas de rayos láser en tus órganos vitales está a tu lado, mira a la derecha y ahí está muerto de risa, trajeado de rojo rojito. Para estar a la altura de tu lenguaje coloquial, te digo que te vamos a dar en donde más te duela, o sea que también te vamos a dar hasta en la madre. No repitas el berrinche de la vez pasada en el que te fuiste de manos contra las paredes, ni amenaces con guerra, porque ya estamos curados de espantos.