Cada vez es más evidente que nada ni nadie se escapará de la guadaña de Chávez y compañía. Las prioridades de su "gobierno" están centradas: Primero en él, segundo en su proyecto hegemónico y a perpetuidad, y tercero en él, otra vez. Los demás venezolanos nada importan y de ser necesario arrasarlos, lo hará. La ofensiva de esta semana ha dejado como muestra tres botones: 1) El acoso a la multinacional Coca Cola Femsa, a la cual ya le había arrebatado unos terrenos hace varias semanas. Ahora le suspendió preventivamente la venta de su cola "Zero", mientras el Ministerio de Salud concluye un procedimiento para corroborar la no-existencia de ingredientes que podrían ser dañinos a la salud. La decisión del Ministerio de Salud se basa en que Zero contendría Ciclamato de Sodio y que esté sería nocivo a la salud. Respetando la decisión, Coca Cola ya retiró sus productos del mercado, a pesar de que la Zero no contiene Ciclamato de Sodio. Además, de contenerlo, no sería nocivo para la salud del venezolano, ya que en más de 100 países se está utilizando con la autorización de la FAO y la Organización Mundial de la Salud. No se discute el derecho que tiene el Ministerio de Salud de velar por la idoneidad de los productos que consumen los venezolanos. Lo que se critica es la maledicencia con la que está siendo ejecutado el procedimiento. Al igual que otras inspecciones y cierres que se realizan a diario, esta medida perseguía desacreditar a una empresa privada extranjera. Así, aún cuando la Coca Cola logre comprobar que la Zero no contiene ese ingrediente, ya el daño a su imagen está hecho ante la opinión pública venezolana. 2) Este jueves, el mandatario volvió a arremeter contra el Sambil de la Candelaria, conminando a su dedodesignada jefa del Distrito Capital a ejecutar la paralización y confiscación de la obra, porque así lo decidió Él (Chávez). Así se echa para atrás un convenio de hace varios meses concretado entre el Gobierno y la empresa inversionista, el cual además fue respaldado por los vecinos y trabajadores del Sambil. Esta nueva arremetida llega cuando se pensaba que la ola antisemita gubernamental se había aplacado. El caso es que esta toma a quien más perjudicará será a más de doscientos pequeños comerciantes que han invertido en este Centro Comercial y a unos cientos de trabajadores que laborarían en éste. 3) Esta semana a menos de un kilómetro de la Candelaria, en las inmediaciones de la Avenida Libertador, el Alcalde de Libertador, Jorge Rodríguez, desalojó intempestivamente a más de una docena de familias y talleres mecánicos pertenecientes a venezolanos de bajos recursos. Muchos de estos pequeños comerciantes venían operando en esos terrenos desde hace más de cinco décadas, incluso antes de que fuera construida la Avenida Libertador cuando por allí pasaba la línea de ferrocarril. Tampoco aquí se objeta que esos terrenos quieran ser usados por el Ejecutivo para la construcción de viviendas que beneficien a decenas de venezolanos. Lo que se cuestiona es que se arroje a estos venezolanos a la calle en 48 horas sin aviso ni protesto, violando la ley de inquilinato, normas de desalojo y sin un justi-pago por sus propiedades. Además, que se deje sin hogar a unas 15 familias, sin empleo a unos 163 trabajadores directos y, a todos ellos, condenados a la deriva, damnificados y en el hacinamiento. Eso no tiene nombre. Disponible en inglés en: www.veneconomy. com
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