sábado, 6 de junio de 2009

Los clavos que faltaban


Como muchos sostienen en Venezuela, por ahora, no está instaurada una dictadura. Se aduce que todavía en medio de un cúmulo de actuaciones autoritarias, sobreviven algunos oasis de libertad y democracia. Sin embargo, pareciera que la meta del Gobierno de Chávez es evaporar esos oasis de democracia.El voto que aún es percibido por la mayoría como la vía para restituir la democracia está en riesgo, aunque muchos todavía creen que si la oposición se mantiene unida, si se garantizan los testigos electorales, si se mantiene vigilancia en el proceso comicial, se puede lograr la salida por la vía democrática. Pero, la realidad es que esta ventana de democracia también se está cerrando. La Asamblea Nacional está debatiendo un nuevo sistema electoral, que eliminaría de tajo la representació n proporcional que permite la convivencia plural y democrática. De aprobar esta legislación se clausuraría definitivamente la vía del voto para garantizar la alternancia del poder. Y con ello, una manera pacífica para resolver la crisis de gobernabilidad que aqueja al país.A esto se le agrega que para llegar a su meta el Gobierno viene instaurando el uso del miedo como arma de coerción y para doblegar a una mayoría de venezolanos que no comulga con el proyecto político de Hugo Chávez. Cada día el Gobierno perfecciona los métodos para instalar el miedo en el subconsciente colectivo. Lo peor es que ese miedo lo propaga a través de los medios de comunicación que éste monopoliza. Y también cada vez con mayor frecuencia es la propia voz amenazante del primer mandatario la que llena de terror a la población venezolana con sus diarias y emponzoñadoras alocuciones transmitidas en cadena nacional. Se atemoriza a los pequeños, medianos y grandes empresarios con las televisadas confiscaciones donde intervienen pobladas oficialistas apoyadas por la fuerza militar del Estado.Se atemoriza a los sindicatos y a los trabajadores con la represión desproporcionada, la persecución e incluso con el ajusticiamiento selectivo de su dirigencia.Se le trata de imprimir miedo al entusiasmo del movimiento estudiantil con el gas del bueno ofrecido por el mandatario y con un régimen ilegal de presentaciones que se le mantiene abierto a cientos de estudiantes.Con la amenaza de llevarla a prisión, o con el riesgo de tener que tomar la vía del exilio, se inmoviliza a la dirigencia partidista.Mientras que a los ciudadanos se les mantiene permanentemente aterrados con un hampa desatada en barriadas, calles y avenidas, propiciada desde los mismos cuerpos policiales así como por bandas violentas afectas al Gobierno.Además, en la meta para instaurar la dictadura es necesario exterminar a la libertad de expresión. Y, lamentablemente, en esta tarea también está avanzando el Gobierno a pasos agigantados. El ejemplo más fehaciente de ello es el asedio y cerco a Globovisión, a la cual le han aplicado todo tipo de acciones para amedrentarla: Ya no es sólo con la amenaza de un cierre en ciernes, sino con una suma de allanamientos y juicios a sus socios, demandas írritas por supuestas violaciones a la ley, multas millonarias por razones baladíes, y violencia planificada, entre otras.Este acorralamiento a Globovisión es usado por el Gobierno para demostrarle al resto de los medios de comunicación que el régimen no se parará ante nada para ejecutar cualquier tipo de medida arbitraria e inmoral a fin de acallar la voz de la disidencia y la denuncia. Incluso ha demostrado que no dudará en recurrir al uso de la fuerza policial y la para policial para silenciar a los medios de comunicación. De lograr ese silencio se le pondría el último clavo a la urna donde se enterraría la democracia. La otra cara de esta moneda es que también en la espina dorsal del Gobierno está desparramado el miedo que produce a toda tiranía la voz de la libertad.. Disponible en inglés en: www.veneconomy. com

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