Preguntaron a Dov Ber de Mezritch : ¿Cuál es el mejor ejemplo a seguir? ¿El de los hombres piadosos que dedican su vida a Dios sin preguntar por qué, o el de los hombres cultos, que procuran entender la voluntad del Altísimo?
El mejor ejemplo es el del niño, respondió. Posee cuatro cualidades que nunca deberíamos olvidar.
- Está siempre alegre sin razón.
- Está siempre ocupado.
- Cuando desea algo, sabe exigirlo con insistencia y determinación.
- Finalmente, consigue parar de llorar con rapidez.
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