Por: Enrique Pereira - @pereiralibre - Doscientos treinta y tres muertos en el país, el fin de semana pasado, producto de la violencia. Un fin de semana, no dije la semana completa... doscientos treinta y tres, no me equivoqué de número. En Iraq, un atentado que produjo consternación en el mundo, sólo mató a sesenta y nueve -una minucia-comparado con nuestro performance. Los velamos en Venezuela, no en Cuba. Sucedió en la patria suya y mía, a los ojos de un gobierno que no termina de hacer algo concreto para contener el problema. Lo próximo será un cambio de ministro para que vuelva a hacer un plan y nos vuelvan a caer a mentiras con estadísticas de reducción amañadas. Aquí lo único que les preocupa es el enfermo, lo único trascendente en sus declaraciones es su parte médico y lo único que funciona bien, es su quimioterapia. En lugar de hablar de “tus” cadetes, deberías hablar de “tus” muertos, que parecieren no existir. Te los llevarás, dentro del flux de madera, almacenados en tu conciencia. Da dolor observar a una fuerza armada arrodillada a los pies de un presidente que se antoja de su propiedad y sugiere abiertamente una entrega incondicional de los militares para continuar esta fallida revolución. Da lástima y pena ajena escuchar a sus vociferantes asambleístas pasar horas acusando a la oposición sobre su actitud golpista, su entrega a las fuerzas imperialistas y su “chuleo” a los gringos. Les cuesta trabajo entender que la única entrega de soberanía, la hacemos todos los días a los gobiernos “chulos” que rodean nuestras alforjas de dinero. Dinero a manos llenas a los rusos para mejorar nuestro armamento, mientras en las calles –pueblo y ejercito- mueren a manos del hampa en una guerra pasiva, sin declaración alguna, que acaba con los hijos de la patria. Muy linda la propaganda oficial que nos muestra a una familia paseando en un carro iraní por encima del puente del Orinoco, con una computadora Canaima y hablando por un teléfono vergatario. El puente lo construyó una compañía brasilera, la misma que construye el Metro. Los vergatarios son ensamblados en Venezuela con partes cien por ciento chinas (ni siquiera las carcasas plásticas son criollas) los pocos caros iraníes que circulan, vinieron casi fabricados y las computadoras Canaima las envían los portugueses que se armaron de un buen negocio. ¿Que nos quieren vender con esta cuñita cursi? No sólo entregamos nuestra soberanía, también nuestros dólares petroleros. Venezuela se prepara para un cambio y él lo sabe, lo intuye con mucha fuerza. Chávez está perdido y con Chávez se pierde la revolución personalista que tratare de implantar en nuestro país. Maniobra tras maniobra y trapo tras trapo, usa los recursos que ya le conocemos para levantar sus números electorales –lastima incluida- . El guión que trajo de Cuba está clarísimo. Les tomó unos minutos aprendérselo y unas horas propagarlo por todos los medios e instituciones. La Mesa de la Unidad está tramando un golpe, han solicitado la intervención del imperio, reciben dinero de los gringos, preparan una injerencia de la derecha mundial en Venezuela y planifican un golpe de estado de corte similar al del renombrado abril de hace una década. Dedíquese a trabajar y deje de una vez por todas de fantasear y escurrir el bulto. Los muertos de la patria esperan por un gobierno verdadero. Venezuela no se rendirá jamás.
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