lunes, 8 de agosto de 2011

Los detalles que faltaron


Por: Franklin Santaella Isaac - carapa44@hotmail.com - La noche del 30 de julio, en cadena nacional se transmitió un acto cultural o espectáculo circense donde acróbatas de ambos sexos simbolizando los protagonistas de nuestra historia desde los indígenas precolombinos, pasando por los conquistadores, colonizadores, pardos, mulatos, cuarterones y demás seres que nos precedieron habitando esta tierra de gracia, se contornaban ascendiendo y descendiendo por tiras de telas vaporosas, tripulando carrozas enormes transportadas por camiones o tractores disimulados en las armazones de aquellos otros símbolos escenográficos, un innumerable contingente de extras portando chopos de utilería y jineteando hermosos corceles de verdad. Pan y circo era el lema de los cesares romanos aplicado por todos los demagogos del planeta tierra desde entonces. Conociendo la naturaleza de esta revolución de saliva y de papel (moneda) no me pareció extraño pero viendo el trasfondo sentí dolor por nuestro pobre pueblo manipulado y engañado, mostrándole una historia bufa y hasta ridícula de nuestro acontecer. “Un pueblo sin historia es un pueblo sin futuro”, declararon recientemente los Estudiantes de Pedagogía en Historia y Geografía de la Universidad de Concepción (Chile). Pues bien, comenzó la representación con la conquista a sangre y fuego de los españoles de las tierras de los amerindios, mostrando a los primeros como salvajes desalmados que poco o nada aportaron en nuestro desarrollo y evolución como pueblo, olvidando la colonización, la transculturización, la formación de una nueva raza con virtudes y defectos, de carne y hueso, como negar que todos llevamos en nuestros genes caracteres de indios, blancos europeos y africanos en una amalgama irreversible. A continuación un Leander de cartón piedra con Miranda en la cofa ondeando la bandera tricolor, la voz del narrador describe la hazaña del desembarco sin mencionar que los marineros y soldados que trajo Miranda fueron reclutados en los Estados Unidos de Norteamérica y que la expedición partió por el rio Hudson desde Nueva York y Miranda recibió ayuda de los norteamericanos Rufus King y William Smith, siendo de esta misma nacionalidad los hombres ahorcados en Puerto Cabello después de haber sido atrapados 18 oficiales y 38 marineros el 17 de abril de 1806 en Ocumare de la Costa. Luego pasó la Carrosa representativa de los acontecimientos del 19 de abril de 1810 omitiendo la narrativa que en esa fecha se conformó una Junta Conservadora de los Derechos del Rey de España destronado por Napoleón Bonaparte. Nada se dijo sobre la conformación del primer gobierno nacional el 5 de Julio de 1811 presidido por el civil Cristóbal Mendoza ni que el redactor de aquella histórica acta fue el civil Juan Germán Roscio ni de que la mayoría de los firmantes del acta fueron civiles, dejando ver una epopeya militar, sin destacar que fueron más de diez años de guerra civil que diezmo la población y arruinó la economía, donde exhibían igual crueldad los unos y los otros, nada se dijo de que los llaneros que aniquilaron la segunda republica comandados por Boves, posteriormente se cubrieron de gloria en Carabobo al mando de José Antonio Páez. Nada se dijo de los aportes a la republica del centauro de los llanos, etiquetándolo de godo ni de las felonías de Carrujo y otros militares que cobraron con creses sus servicios a la causa patriótica. Se pasó de un tirón a la guerra federal saltando cincuenta años de historia caracterizada por las guerras intestinas llamadas revoluciones que siempre terminaron en el encumbramiento de los jefes y el olvido de las promesas, para ensalzar al general de los pies largos sin mencionar que tenía esclavos cuando el decreto de de José Gregorio Monagas y los cobró al estado venezolano, ni del asalto al congreso por José Tadeo Monagas, ni de la obra civilizadora de Guzmán, principal beneficiario de la guerra federal y quien terminó queriendo gobernar desde Paris y se auto erigió estatuas emulando al libertador. Se mencionó la famosa declaratoria de guerra por su rimbombante redacción ajena, bravuconadas de Cipriano Castro, sin acotar que los Estados Unidos de Norteamérica fueron los que lograron la retirada de los barcos invasores invocando la doctrina de Monroe y que al final nos hicieron pagar hasta el último centavo de la deuda objeto del bloqueo e indemnizar a los nacionales de los países que nos bloquearon por reales y supuestos daños sufridos como consecuencia del llamado irresponsable a una guerra en contra de las más grandes potencias de la época. Se pasó raudamente 27 años de dictadura gomecista sin decir palabra de la obra de civiles como Gil Fortoul, Román Cárdenas el único burócrata venezolano que solicito estudiar previamente la materia de su futura competencia para aceptar su nombramiento como ministro. Se representó el petróleo en una gigantesca torre como una invasión extranjera sin aclarar que nuestros gobernantes, empresarios y obreros nada conocían de la extracción del excremento del diablo y sin tomar en cuenta que hoy día se está poniendo en manos extranjeras el ferrocarril, la salud, los registros y notarias y nada menos que la cedulación habiendo suficientes recursos humanos en el país para acometer estas tareas (excluyendo quizás el ferrocarril). No se relató nada sobre las obras civiles y la legislación que dieron organicidad al estado Venezolano, ni de la Instituciones que conformaron las bases de un estado moderno, ni palabra de que PDVSA llegó a ser la tercera empresa más importante del mundo, ni de Juan Pablo Pérez Alfonzo ni de la evolución que fue paulatinamente obteniendo mayores beneficios hasta el control total de nuestra industria petrolera que hoy arroja un enorme ingreso a pesar de su deterioro físico y moral y del dispendio de los recursos. Ni palabra de la construcción de liceos, universidades, hospitales, autopistas, carreteras, obras hidráulicas, acueductos, saneamiento ambiental, campañas sanitarias que erradicaron el paludismo, la fiebre amarilla y otras enfermedades, urbanizaciones, Zonas Industriales, represas, obras de riego, ni del plan azucarero, arrocero y ganadero comenzados por Marcos Pérez Jiménez y continuados por los gobiernos democráticos que nos llevaron a auto abastecernos en esos rubros, ni del fortalecimiento de los sindicatos, el voto directo y secreto las reivindicaciones de los trabajadores, la descentralización. Por supuesto que hemos cometido muchos errores y desviaciones a lo largo de nuestros doscientos años de vida republicana y que todos los gobiernos que han pasado a lo largo de esa trayectoria han tenido sus aciertos y desaciertos, se han cometido crímenes, se han violado los derechos humanos, se ha saqueado el erario público hasta límites incuantificables, se han despilfarrado ingentes recursos, este solo gobierno ha mal administrado un millón de millones (1.000.000.000.000) de dólares y solo tiene para exhibir un teatro bufo que pretende ocultar una realidad que nunca les perdonaran las generaciones futuras. Ignorar la historia es una calamidad, tergiversarla por intereses personales y partidistas es un crimen de lesa humanidad.

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