En estos más de 12 años de imposición del proyecto castrochavista en Venezuela se ha arrasado con los derechos de los ciudadanos, siendo uno de los más vulnerados el de la libertad de expresión. Éste ha sido atacado por todos los flancos de manera inmisericorde, en el afán de imponer una hegemonía comunicacional a manos del Ejecutivo Nacional. Un rápido balance de esta debacle arroja:
1) Varias leyes que mantienen una espada de Damocles sobre todo medio de comunicación, incluyendo los servicios de difusión por suscripción y servicios de Internet, entre ellas la Ley de Telecomunicaciones y Ley de Responsabilidad Social de Radio y Televisión, reformada hace poco menos de un año para aplicarle el torniquete dictatorial a "todo texto, imagen, sonido o contexto, cuya difusión y recepción tengan lugar dentro del territorio de la República Bolivariana de Venezuela". La manida excusa es "la democratización del espectro radioeléctrico, la pluralidad, la libertad de creación y el aseguramiento de condiciones efectivas de competencia". Sin embargo, nada de esto se ha concretado.
2) Hoy se cumplen dos años del arbitrario cierre de 34 emisoras de radio y dos televisoras, entre ellas, uno de los circuitos de radio de más penetración en el país, como lo era el Circuito Nacional Belfort (CNB). La única democratización en este sector ha sido la creación de una red de emisoras que sirven al PSUV y le rinden pleitesía a Chávez.3) Radio Caracas TV sigue fuera del aire desde el 2007, su frecuencia sigue siendo usurpada por un sesgado canal del Estado, que ni informa ni entretiene. El canal de noticias de cobertura limitada, Globovisión, es la única televisora con opinión independiente que sobrevive, a pesar de las amenazas y la persistente coerción al canal y a sus directivos, hoy en el autoexilio.
4) El prometido registro para promover la participación de nuevos productores independientes está cerrado.
Tan grave como lo que Chávez y su proyecto político se ha llevado, es lo que está dejando: Censura; una aberrante autocensura que castra la esencia de todo medio de comunicación y del ejercicio del periodismo; la desinformación propiciada por los medios del Estado puestos al servicio de los intereses del grupo que comanda el poder; así como el vejamen contínuo, la palabra soez, la amenaza y el vilipendio a los "enemigos" del Gobierno que llegan desde el propio Presidente de la República, sus ministros y los tarifados que manejan programas y columnas de opinión.
De allí la relevancia de defender las redes sociales para evadir el bloqueo informativo.. Disponible en inglés en: www.veneconomy.com a partir de las 4:00 p.m
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