jueves, 12 de noviembre de 2009

Chavez y la guerra necesaria


Por: Carlos Blanco - Una guerra es poco creíble -con las FFAA venezolanas erosionadas institucionalmente, con mandos ideologizados y con oficiales forzados al grito de 'patria, socialismo o muerte'-, si bien puede ser necesaria para Chávez, ansioso de la epopeya que la historia le ha negado. El caudillo venezolano previene con frecuencia sobre el inevitable conflicto bélico con "el imperio". El domingo dijo a los militares "…no perdamos ni un día en nuestra principal misión: prepararnos para la guerra y ayudar al pueblo a prepararse para la guerra…". El zafarrancho de combate se debe -según Chávez- a las bases colombianas con militares norteamericanos que tendrían el indiscreto propósito de atentar contra su revolución.Una guerra es poco creíble, aunque puede ser necesaria para Chávez, ansioso de la epopeya que la historia le ha negado. Desde hace años ha instado a sus compatriotas a alistarse para la guerra "asimétrica", debido a que Washington tendría planes para invadir Venezuela; también se ha dedicado a comprar armas y a instituir la Milicia Nacional, potencialmente vasta, y bajo su directo control operacional, que incorporaría eventualmente unos dos millones de combatientes, cifra sorprendente en un país de menos de 30 millones de habitantes. La invasión que vendría del norte es una fantasía anacrónica, más aun bajo la Presidencia de Obama. La tesis se ha modificado y ahora el conflicto tendría lugar, no directamente con Estados Unidos, sino con la alianza Colombia-EEUU, para lo cual las bases militares compartidas serían la plataforma.Las reales motivaciones de la escalada bélica son otras. Está en marcha la revolución continental como plan estratégico de Chávez; sus piezas esenciales son los gobiernos llamados bolivarianos y los grupos afines dentro de los países cuyos gobiernos no comparten ese proyecto. Así, ha establecido relaciones intermitentes con las Farc y confrontaciones permanentes con la "oligarquía colombiana". La retórica se ha inflamado todavía más desde el ataque colombiano en 2008 al campamento de Raúl Reyes en Ecuador, donde se encontraron las computadoras que dieron testimonio de los nexos de autoridades venezolanas con las Farc y cuyo contenido todavía no se conoce en su integridad, aunque reposa en la manga de Alvaro Uribe como carta de negociación.Hay otras razones. La más clásica se propone distraer de la conflictividad doméstica de cara a las elecciones parlamentarias de 2010. Venezuela es un país que ha recibido el más alto ingreso de toda su historia bajo el gobierno de Chávez, y después de 11 años es indescriptible la magnitud del colapso de los servicios públicos, del crimen impune y de la corrupción, en el marco de un extraño socialismo que ha engendrado la poderosa y rapaz burguesía bolivariana o "boliburguesía". Una razón -tal vez más íntima- de esta insólita escalada es que la pretendida revolución carece de épica y Chávez la busca con desespero. No tiene Sierra Maestra, ni asalto al Palacio de Invierno, ni proletariado, ni Ejército Rojo, sino la vieja historia del militar latinoamericano que intentó un golpe violento, luego favorecido por los votos que lo encumbraron como salvador de la patria y es, ahora, dueño del Estado. Iniciar una guerra total no parece verosímil con la Fuerza Armada de Venezuela erosionada institucionalmente, con mandos ideologizados y con oficiales acosados, forzados al grito de "patria, socialismo o muerte". Lo probable es una escalada violenta en la frontera que facilitaría a Chávez la represión interna en nombre del interés nacional y que lo colocaría en el centro de la atención global en su papel de impresentable sucesor de Fidel Castro. Por lo demás, esa guerrita sería un regalo de los dioses a las Farc, al distraer en un conflicto fabricado a las Fuerzas Armadas de Colombia.
http://www.latercera.com/contenido/895_200031_9.shtml

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