lunes, 23 de noviembre de 2009

Pantalones Presidente, Pantalones


Por: Orlando Viera-Blanco - vierablanco@cantv.net - Pantalones se demandan para hablarle claro al país, aun confesando las propias torpezas. Qué un Presidente de la República profetice vientos de guerra, no son cosas de cocer y cantar. No se trata de una simple especulación nacida en el mesón de una panadería. Es una aseveración sensible y peligrosa que pone en el alma y la razón de los ciudadanos, el riesgo angustioso de ir a un conflicto armado, que no es otro asunto, que carear la muerte: la propia, la ajena o la de nuestros hijos. Y recurrir a la estratagema de "prepararse para la guerra" como lógica para alcanzar la paz -sic-, a la par de ser un acto ruin e irresponsable, es una baja demostración de cobardía. ¡Con los miedos, no se juega! Entre Colombia y Venezuela, no hay guerra posible. En primer lugar porque se trata de países enraizados por un mismo origen, cuyos lazos históricos, culturales, familiares y religiosos, blindan todo trance de resolver disputas por la vía del fusil. En segundo lugar porque tal disputa, no existe. La instalación de bases militares extranjeras en uno u otro lado, son actos soberanos de cada gobierno, vale; pero su alcance o susceptibilidad belicista, no es una carga trasladable a la gente. Son decisiones cuyo ex- ceso y costo político, las deben pagar Uribe y Chávez, siendo que cualquier trifulca, deberá resolverse por vía de mediación, so pena de sufrir actos de desobediencia, censura y cuestionamiento de autoridad. En tercer lugar no es una confrontación nativa; no nace de un plasma originario de discordia entre colombianos y venezolanos. Es una parodia audaz y arrogante de un par hombres que en medio de sus apetencias de perpetuidad, quieren resurgir su protagonismo, distraer ineficiencias (más el nuestro) y reivindicar el maniqueo político, dejando de lado los postulados elementales de hermandad y tolerancia. Pantalones se exigen para evitar guerras, no para azuzarlas. Pantalones se demandan para hablarle claro al país, aun confesando las propias torpezas, mismas que fulguran en el abandono y la miseria de un pueblo, que se resiente de una revolución que le tomó por asalto& Porque también hay que tener pantalones para reconocerle Presidente, que usted le dio al desposeído esperanza e inclusión, pero hoy a cuenta de inmolarse por la patria y por la revolución. No es justo& Pantalones para acabar con la delincuencia y la violencia; remover odios, relajar soberbias y proceder con la misma clemencia y magnanimidad, con la cual fue usted sobreseído& Pantalones Hugo se necesitan, cuando aun siendo uno un retumbado socialista, sobran tallas para sentarse frente al más de los liberales, y librar con nobleza proverbial, aquella frase del Sr. Voltaire: "No estoy de acuerdo con lo que piensas, pero defendería con mi vida tu derecho a expresarlas".

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