martes, 11 de noviembre de 2008

El derecho a morir dignamente


Una adolescente británica ganó el derecho a rechazar una operación de corazón que podría salvarle la vida después que las autoridades sanitarias renunciaran a emprender acciones legales para obligarla a someterse a un tratamiento. Hannah Jones, de 13 años, sufre una enfermedad terminal y ha logrado persuadir a los médicos de Herefordshire para no verse forzada por la ley a someterse a un arriesgado transplante, después de que la joven decidiera que quiere pasar el tiempo que le queda con su familia, según informaron los periódicos el martes. "Ellos me explicaron todo pero yo no quise someterme a más operaciones", dijo Jones al Daily Mirror. "Ya tuve suficiente de hospitales y quiero volver a casa", añadió. La chica ha pasado la mayor parte de los últimos años en hospitales para combatir una leucemia y una cardiomiopatía que hace que el órgano sólo sea capaz de bombear un 10 por ciento de la sangre requerida. Jones se ha sometido a tres operaciones para colocarle marcapasos y los médicos afirman que morirá en seis meses si no se somete a un transplante y han advertido a su familia de que podrían enfrentarse a una orden de un tribunal si se niegan a ingresar a la chica. Sin embargo, los profesionales sanitarios se han retractado después de que Hannah le explicara su caso a las autoridades. "Hannah tiene que haber hecho un buen trabajo para convencerlos porque después de haber consultado a abogados han decidido no tomar más acciones", dijo el padre de la adolescente, Andrew, de 43 años, al Mirror. "Hannah sabe que puede cambiar de opinión en cualquier momento y volver a la lista de espera". La madre de Hannah, Kirsty, de 42 años, una ex enfermera de cuidado intensivos, explicó que si su hija se somete a un transplante seguramente necesitará otro en cinco años. "Hannah ha sufrido muchos traumas y estoy bastante conforme con la decisión que tomó. Creo que para ella fue lo correcto", dijo al periódico. En una carta a su familia, la unidad de atención primaria de Herefordshire concluyó que una orden judicial no era apropiada. "Hannah parece entender la gravedad de su enfermedad. Ella es conciente de que podría morir", dijeron las autoridades, según el periódico. "Las opciones de tratamiento se discutieron y Hannah pudo expresar sus puntos de vista de que no quería volver al hospital para recibir tratamiento cardíaco". "Hannah está muy unida a su familia y desea ser cuidada en casa", concluyó.

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