martes, 3 de junio de 2008
La Parranda de Navidad
Así son las cosas. Por Oscar Yanes La Parranda en NavidadEn la vieja Caracas, la parranda era el símbolo de la Navidad caraqueña.Parranda, era el nombre que se le daba a la comparsa formada por diez o más parejas, trajeadas a la usanza criolla. Las mujeres con fustanes de zaraza, blusas vaporosas y alpargatas de pabilo, sombreros de cogollos y lazo de cintas en la cabellera. Los hombres vestían de "liquiliqui", alpargatas y pañuelo en el cuello. Era obligatorio el sombrero de cogollo.Ya por estos días comenzaba el organizador jefe de la parranda a seleccionar la casa que pretendían visitar. Hablaban con los dueños y si éstos no tenían plata suficiente para los obsequios, entre parranderos y vecinos de la cuadra hacían "una vaca" (colecta popular) para comprar todo lo necesario. Los vecinos también prestaban los vasos, platos y cubiertos, bancos, sillas y taburetes.Nada de manteles, pues las mesas estaban cubiertas con hojas de plátano. Las muchachas se "ensabrosaban" con bebidas dulces. Las abuelas y las madres advertían: "mija no se ponga sabrosa, porque después hablan mal de usted¿".Los hombres le metían de frente a la cerveza más famosa de la época, cerveza Pelícano o de Caneca, a los músicos se les daba sangría recargada con mucho vino. Y su roncito cada tres o cuatro interpretaciones. Generalmente la parranda comenzaba a las ocho y media o nueve de la noche.Las muchachas preparaban el carato de acupe, el dulce de lechosa y las hallacas. Se contrataba, casi siempre en la esquina de La Torre, a unos diez o quince músicos con la condición de que tocaran hasta las seis de la mañana.Las puertas de las casas se cerraban temprano para simular que la familia dormía. También se apagaban las luces. La puerta estaba semiabierta y el zaguán oscuro. Los parranderos entraban con música, se tiraban cohetes, encendían los faroles y comenzaba la parranda de Nochebuena. Del lenguaje diario del caraqueño ha desaparecido la frase "muchacha ensabrosada", que no era ofensa ni agresión a la honestidad femenina. Usted ofendía a la gente decente cuando hablaba "de muchachas alegres".La "muchacha ensabrosada" era simplemente la señorita de buena familia que la noche del 24 de diciembre celebraba la llegada del Niño Jesús ingiriendo unas copitas de licor suave y bailando con recato.Los parranderos, por su parte, eran respetuosos con las damas y la tradición antigua establecía que ningún caraqueño asistía a una parranda portando armas.Con los años la palabra parrandero se convirtió en sinónimo de hombre o "corredor de trueno".El célebre cronista José García de La Concha escribía: "Ya para mediados de diciembre empezábamos los muchachos a sembrar en laticas de sardinas, en cajitas, en tapas de cajas de galletas nuestros granos de maíz y el alpiste para los nacimientos. A recolectar por el bosque de Catuche, "barbas de palo" y palmitas; por los almacenes solicitábamos musgo, velitas de colores y pajas que pintábamos con anilina. En la Nochebuena todos cantaban: De bajo esta lumbre/ y este gran portón/vamos a formar/ nuestro parrandón".Así son las cosas.
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