martes, 4 de marzo de 2008

Apuntes conflicto Colombia-Venezuela


Por: Matias Ruiz, para El Ojo Digital Internacionales - Luego de una larga serie de acusaciones y desmentidas, queda ya poco espacio para la duda : el presidente venezolano, Hugo Chávez Frías, brinda apoyo logístico y financiero a las FARC colombianas. Las pruebas se derivan de computadoras y documentos secuestrados al recientemente abatido Raúl Reyes, del Secretariado del grupo guerrillero. Si bien la estrategia chavista apunta a recuperar terreno tras los fracasos cosechados en el grotesco de la liberación de los rehenes, su verborragia podría terminar con un conflicto bélico entre las dos naciones, un duelo cuya balanza se inclina claramente hacia el lado de las fuerzas armadas colombianas. La Pdte C. de Kirchner volvió a tropezar y se pronunció en favor de Chávez. El rol estadounidense y el análisis de los escenarios posteriores al conflicto. La operación militar colombiana que el sábado terminó con la vida del número dos de las FARC, "Raúl Reyes" (cuyo nombre real era Luis Edgar Debia), redundó en un éxito rotundo para la nueva doctrina encarada por el presidente Alvaro Uribe. Los detalles finos de la operación tal vez nunca se conozcan; solo los fríos números dirán que en el asalto fallecieron Reyes y su esposa, hija del líder de las FARC Marulanda -alias "Tirofijo"- y de quien se sospecha ha fallecido hace tiempo, a pesar de que el grupo guerrillero opera para ocultarlo. Como si de Osama Bin Laden se tratara. Analistas militares han dejado entrever sus análisis en los más destacados medios colombianos : el fallecimiento de Reyes envía un claro mensaje a los guerrilleros, a saber, que no están a salvo en ningún sitio y que, esta vez, el estado colombiano está dispuesto a perseguirlos incluso hasta sus refugios o bases de operaciones en naciones limítrofes. El mito del poderío de las FARC se derriba. Durante años, este cuerpo guerrillero de casi 17 mil hombres se regodeaba autocalificándose de inalcanzable para las altamente profesionales tropas colombianas, que a su vez, y como todo mundo sabe, cuentan con el apoyo tecnológico, logístico y financiero de Washington. El denominado Plan Colombia, a través del cual se entrenaba a las fuerzas armadas guerrilleras con asesores estadounidenses y por el cual se aportaron ya casi cinco mil millones de dólares más armamento y tecnología sofisticados, ha rendido sus frutos, a pesar de haber finalizado oficialmente en 2005. El presidente George Bush, a punto de abandonar la Casa Blanca, ha prometido a Uribe que el plan se renovará en el nuevo año fiscal de 2008, que comienza justo un mes antes de las elecciones en la Unión. Gane quien gane, Colombia continuará recibiendo apoyo desde el norte, y el sueño caribeño de una Colombia unida, sin guerrilleros ni paramilitares, es ahora posible. Efectivamente, Raúl Reyes, del Secretariado de las FARC, se encontraba descansando en una de las bases que el grupo mantiene en la vecina Ecuador, pero su posición fue revelada por el uso de su teléfono satelital que hace tiempo venía siendo monitoreado por colombianos y estadounidenses con base en la norteña NSA -la Agencia Nacional de Seguridad, que monitorea todas las transmisiones telefónicas, satelitales y de internet en el mundo-. El dato solo podía ser aprovechado en el momento, y sucedió el sábado pasado : Reyes fue localizado y su campamento atacado con munición gruesa y, según algunos, con bombas guiadas por láser. La operación militar colombiana, ejecutada con precisión de microcirugía, tuvo consecuencias inesperadas para algunos, aunque no tanto para otros. Inmediatamente, el polémico presidente venezolano Hugo Chávez Frías, condenó el ataque, etiquetándolo de "violación de soberanía" y de "homicida". Hizo lo propio el presidente ecuatoriano Correa. Planificado con tiempo o no por el primer mandatario Alvaro Uribe, el episodio ha servido para confirmar las sospechas no solo de Estados Unidos sino de toda la Europa occidental : que Chávez ha comprometido peligrosamente a Venezuela a partir de su relación con las FARC. El venezolano, finalmente, se ha quedado solo en el concierto internacional a partir de esta dudosa relación. No solo brinda apoyo incondicional a guerrilleros que quitaron la vida a 40 mil colombianos en los últimos 50 años, sino que también queda clara ahora su relación con el narcotráfico. Precisamente, diversos informes ya daban cuenta de la manera en que oficiales venezolanos de alto rango se habían enriquecido a partir de su protección a jefes guerrilleros del vecino país y a las compensaciones obtenidas en materia de narcodólares. Los mismos informes apuntaban al mismísimo palacio de Miraflores, fuente de las órdenes para proteger a las FARC. Entre los elementos secuestrados en el campamento de la guerrilla colombiana donde se encontraba Luis Debia (Reyes), se hallaron incluso computadoras portátiles con fotos y documentos que probaban la asistencia monetaria ofrecida de Chávez a las FARC por un monton de US$ 300 millones, triangulados desde PDVSA. También se conocieron detalles sobre el apoyo ecuatoriano al grupo guerrillero : el propio presidente Correa envió en "misión oficial" al ministro de Seguridad de Ecuador, Gustavo Larrea, para reunirse con Reyes y otros oficiales del grupo insurgente. En un documento escaneado se pueden leer declaraciones de apoyo de Correa y su gobierno a la guerrilla, así como también sentencias contra Colombia y su presidente Alvaro Uribe. El documento puede leerse en su versión íntegra en la página web Seprin.com. El episodio es, sin dudas, lo que Hugo Chávez estaba esperando para poder saltar nuevamente a la palestra internacional. A partir del asesinato selectivo de Reyes, el líder venezolano ha incrementado sus contactos con Cuba, Ecuador y la Nicaragua de Daniel Ortega. De alguna forma, Chávez pretende consolidar una suerte de "Eje del Mal" latinoamericano que desestabilice a los países alineados con Estados Unidos en la región. El problema es que Chávez no permite disensos y se ha decidido a infiltrar, o por lo menos influenciar, a aquellas naciones que no han tomado partido por su "causa bolivariana" . El presidente venezolano ha ordenado incrementar la presencia de tropas en la frontera con Colombia, incluyendo el traslado de tanques. Ecuador ha obrado en idéntica forma. Y las relaciones entre los tres países ya son cosa del pasado a partir del retiro recíproco de embajadores. Lamentable y patética ha sido la reacción argentina de cara a los eventos. La Presidenta Cristina Fernández de Kirchner -muy cuestionada en su propio país debido a que no parece estar a la altura de las circunstancias nacionales- ha criticado la "invasión a la soberanía" ecuatoriana, y hasta el momento, allí ha quedado todo. La primera mandataria debía trasladarse próximamente a Venezuela para reunirse con Hugo Chávez con el objeto de rogar por llegadas de petróleo venezolano y fuel-oil en mayores cantidades, pero los recientes sucesos han dado un giro a esta posibilidad : si Fernández de Kirchner se viera fotografiada con Chávez por estos días, la instantánea traería más de un dolor de cabeza para el país. No pocos líderes interpretarían que la Argentina no solo apoya también a las FARC sino al tráfico de drogas. Por otro lado, USA se encuentra a punto de declarar a Venezuela como un "estado patrocinador del terrorismo" desde su estratégico Departamento de Estado. La profundización de los lazos argentino-venezolanos en esta instancia traerá demasiados problemas para la Argentina en foros internacionales y especialmente cuando llegue el momento de cerrar acuerdos económicos y políticos con países desarrollados. También podría perderse el esquivo apoyo en el Grupo de los Siete frente a la cuestión de los hold-outs -los US$ 25 mil millones que han quedado fuera de la renegociación de la deuda externa nacional-. Estrechar vínculos con Venezuela también podría sumergir al país en un nuevo embargo de armas, similar al sufrido luego de la Guerra de las Malvinas y que llevó más de diez años remover. El dilema argentino es que se necesita de Hugo Chávez para la venta de bonos soberanos y la consecuente obtención de préstamos, así como también se depende de Venezuela para la provisión de formas varias de energía. Y el apoyo chavista no es negociable : se obtiene sin preguntas, siempre y cuando las "ideas bolivarianas" reciban apoyo desde Buenos Aires. Las torpezas y la inexperiencia de Cristina Fernández de Kirchner y sus funcionarios del Palacio San Martín complotan en forma directa contra las posibilidades de sacar a la nación airosa del problema entre venezolanos y colombianos. Las acciones que el país lleve adelante de cara a este conflicto terminarán de confirmar la postura argentina frente al terrorismo, el narcotráfico y el lavado de dinero. De nada sirve que la Argentina apruebe las leyes correspondientes si, tras bambalinas, teje acuerdos secretos y de dudoso origen con uno de los presidentes latinoamericanos más cuestionados y descuidados de los últimos tiempos. Venezuela está a la vera de ser declarada una nación paria en el concierto mundial, y el etiquetado estadounidense de "nación patrocinadora del terrorismo" está cercano. Ocurre que Washington ha terminado de comprobar, recientemente, activos financieros y vínculos políticos entre el gobierno venezolano de Hugo Chávez Frías y determinadas organizaciones terroristas que operan en la propia Venezuela con el permiso explícito y apoyo de su gobierno. Entre ellas figuran : Hezbollah, Hamas, Al Qaeda, FARC, ELN, ETA y el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Iraní. Mientras tanto, y como siempre sucede en estos casos, analistas en temas militares ya se han dedicado a analizar los números de uno y otro lado del conflicto. Los análisis más recientes dan cuenta de la confirmada renovación de la doctrina implementada por Hugo Chávez en Venezuela, para quien el país es pasible de sufrir una invasión estadounidense en el mediano plazo, utilizando la carta energética como fundamento o justificación. Considera Hugo Chávez factores políticos, como ser el hecho de que el presidente colombiano Alvaro Uribe concentra hoy el 80% de popularidad entre sus conciudadanos, de tal suerte que si las elecciones presidenciales se realizaran hoy, Uribe se quedaría con más del 60% de los sufragios. Ello representaría una permanencia de otros cuatro años en el poder, con el subsiguiente incremento de la presencia estadounidense en la nación limítrofe con la República Bolivariana de Venezuela. Esta es la razón por la cual Chávez aceita recurrente y planificadamente sus vínculos con Ecuador, Cuba y Nicaragua, siendo su objetivo ulterior que colombianos, estadounidenses y aliados deban ocuparse de un conflicto librado en varios frentes. Finalmente, Chávez se autoconvence de que se puede agotar a Estados Unidos, abriendo un frente de conflicto latinoamericano, habida cuenta de que el país del norte ya se encuentra ocupado en cuestiones de rigor en Irak y Afganistán. Es a partir de este escenario potencial que George Bush ha mantenido contactos frecuentes con el presidente brasileño Lula da Silva, al tiempo que ha acelerado la construcción de una base con una importante pista de aterrizaje -apta para recibir bombarderos B52- y que podría albergar hasta 15 mil combatientes. Hugo Chávez considera que el supuesto ataque bien podría provenir de portaviones y naves que fondeen en el caribe colombiano, mientras que el asalto terrestre tendría a la propia colombia como base. El denominado Plan Colombia ha dado importantes resultados a la Administración Uribe, logrando reducir significativamente la tasa de secuestros y homicidios derivados de la extorsión, y llevados a cabo por las FARC. En los últimos 2 años, entró en acción el Plan Patriota, gracias al cual Uribe ha podido desplegar más de 15 mil tropas aerotransportadas en el sur colombiano, donde la presencia guerrillera ha sido históricamente más importante. Actualmente, Uribe planea incrementar a 20 mil el número de militares transportados por vía aérea a las zonas del norte del país. La nueva estrategia de Colombia contra las FARC ha implicado también importantes desplazamientos de tropas hacia las zonas selváticas limítrofes con Venezuela, y esto ha tenido como consecuencia, el quebramiento de la columna vertebral de las FARC en dos secciones y, a su vez, una subdivisión del grupo guerrillero en puñados que sufren los ataques del ejército colombiano bajo el sistema "búsqueda y destrucción", empleado con relativo éxito por los estadounidenses en Vietnam. Sin embargo, la consecuencia directa del nuevo despliegue de tropas colombianas ha sido la reinstalación de campamentos guerrilleros en Panamá, la propia Venezuela y Ecuador. La conducción de las FARC ha comprendido que su superviviencia no es posible sin la cooperación de naciones limítrofes con Colombia, y aquí puede detectarse la semilla de la estrecha relación entre Chávez y la guerrilla. Recientemente, un general de las FARC que ha huído del grupo, declaró en una entrevista televisada en Miami que la guerrilla mantiene, por estas horas, un total de 32 bases y campos de entrenamiento en territorio venezolano. En los próximos años, las acciones ordenadas por Uribe tendrán como resultado un mayor incremento de la presencia de FARC en Venezuela. El riesgo para Chávez es que esta escalada en la presencia de los guerrilleros en su territorio tenga como consecuencia un incremento en los choques entre fuerzas regulares venezolanas y tropas colombianas que persiguen a los guerrilleros. Es por ello que la nueva Ley Orgánica de la Fuerza Armada Nacional (LOFAN) da poder al presidente de Venezuela para ordenar ataques preventivos sobre los enemigos que amenacen la seguridad del país. Esta nueva doctrina conlleva una operatoria de guerra asimétrica sin reglas de combate, utilizadas normalmente por las fuerzas militares regulares de las naciones. La guerra asimétrica implica evitar choques directos entre fuerzas de poderío desigual; con ello, Chávez reconoce casi oficialmente la ventaja operativa de las fuerzas armadas colombianas, al comparársela con la de las fuerzas de su país. De modo tal que un potencial conflicto solo podría ser encarado por Venezuela mediante el uso de tácticas guerrilleras. No obstante, un ataque preventivo venezolano podría ser de tipo convencional, involucrando tanques, bombarderos, blindados de infantería y similares. La alternativa asimétrica o no convencional podría involucrar operaciones de fuerzas especiales cubanas y venezolanas, orientadas hacia acciones guerrilleras dentro de territorio soberano de Colombia. Las preocupaciones principales de los uniformados colombianos están orientadas hacia el enfoque de la guerra civil, a pesar de que el estado colombiano oficialmente lo niega. Sucede que grupos como las FARC ostentan una organización guerrillera cuyo fin es instalar una suerte de gobierno marxista en los territorios bajo su control, para extenderlo finalmente a todo el país. Pero durante décadas se han comprobado casos de corrupción entre oficiales colombianos de alto rango y unidades enteras que han decidido brindar sus servicios a la narcoguerrilla. Esto ha ralentizado los resultados en el combate contra la insurgencia. El Min Defensa de Colombia está a cargo de la seguridad interna y externa del país. Comanda al Ejército, la Marina (que incluye un servicio de guardacostas) , la Fuerza Aérea y una Policía Nacional. De todos modos, si bien el Presidente Uribe ejecuta el cargo de Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas -como sucede en la Argentina-, cada rama tiene su propio personal de alto rango que goza de una importante discrecionalidad para las operaciones. En Colombia existe servicio militar obligatorio de 24 meses de duración, siendo elegibles para servicio todos los ciudadanos hombres de 18 años de edad hacia arriba. Las Fuerzas Armadas de Colombia constan de un total de 207 mil hombres, incluyendo 70,400 conscriptos. Los reservistas ascienden a 60,700 e incluyen a 54,700 del Ejército, 4,800 para la Armada y 1,200 pertenecen a la Fuerza Aérea. Mientras tanto, Uribe ha encarado un crecimiento importante de los hombres al servicio de las fuerzas, elevándolos a casi 300 mil. La Policía Nacional, por su parte, tiene un personal activo de 121 mil hombres. La CNP tiene bajo su control una cantidad determinada de aeronaves pequeñas destinadas al patrullaje fronterizo y a operaciones de seguridad interna. Pero las FFAA de Colombia también cuentan con una fuerza de élite de operaciones contraterroristas, conocida como el Grupo Especial de Operaciones (GOES), que encabeza importantes operaciones antiguerrilleras. El GOES consta de grupos de 10 hombres bien pertrechados con armas individuales de infantería, y todos han recibido entrenamiento por parte de las SAS británicas (British Special Air Service). En regiones rurales, las fuerzas de Carabineros asisten a la Policía Nacional. El presidente Hugo Chávez gusta de agitar la frase de "los tambores de la guerra" recurrentemente, pero lo concreto es que las fuerzas armadas colombianas tienen una experiencia de más de 40 años en su conflicto con las FARC y otros grupos guerrilleros, al tiempo que han perfeccionado sin pausa su expertise en combate selvático. En los papeles, el balance militar podría favorecer a Venezuela si se consideran los sistemas modernos de armamento. El arsenal venezolano incluye tanques AMX-30, aviones Mirage 2000 y bombarderos F-16, que se cuentan por dos docenas. También dispone de fragatas misilísticas adquiridas a Italia. Colombia, por su parte, intentó adquirir tanques AMX-30 a España recientemente pero la operación fue bloqueada por el propio Hugo Chávez. La fuerza de tanques colombiana se compone de tanques menos modernos, y su fuerza aérea está limitada a una docena de Kfir israelíes -hechos bajo licencia francesa-, algunos Mirage V y algunos aviones a hélice destinados a operaciones contrainsurgentes. No obstante, la mayor parte de los F-16 venezolanos se encuentran estacionados debido a la escasez de repuestos que la General Dynamics americana ha bloqueado, y lo mejor de la fuerza aérea chavista no será útil en un conflicto que involucre a las regiones selváticas fronterizas, donde los colombianos sobrepasan groseramente a sus colegas venezolanos en experiencia y entrenamiento. Por otro lado, Colombia ha recibido recientemente helicópteros Blackhawk que ha artillado oportunamente, y estas máquinas sí son ideales para este tipo de operaciones. Al día de hoy, y a los efectos de estudiar las posibilidades y el tipo de conflicto que podría enfrentar a colombianos y venezolanos, debe decirse que las fuerzas armadas colombianas son significativamente más profesionales que las de Venezuela, se encuentran harto mejor equipadas desde la perspectiva individual y ostentan un mejor financiamiento que sus homónimas chavistas. En todos estos aspectos puede hablarse de años luz de ventaja en favor de los colombianos. En cualquier caso, un escenario bélico entre las dos naciones no solo sería catastrófico para Hugo Chávez Frías, y Venezuela, sino también para sus aliados en el subcontinente sudamericano y el Caribe. En el caso de la Argentina, tal escenario, de ocurrir, implicaría la necesidad de una toma de posición inmediata. Toma de posición que tanto Estados Unidos como Europa se encuentran esperando, ya sin tanta paciencia como en años anteriores.

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