viernes, 28 de marzo de 2008

Politiqueros ¿triunfalistas?

Descifrado
Caracas, Jueves 27 de Marzo de 2008 / Carta Semanal
¡Alerta!
La oposición se siente triunfalista
Visto el comportamiento de las últimas semanas, la oposición corre el riesgo de engolosinarse y cometer errores que pueden pesar una barbaridad en el proceso electoral del próximo noviembre. Porque si bien todas las encuestas recientes coinciden en el evidente descenso de la popularidad de Chávez, e incluso en el porcentaje superior de las simpatías del país por el sector opositor, esto no es garantía de que esa voluntad se mantenga a la hora del voto, especialmente si las cosas no se hacen bien. No debe pasar por alto que esos mismos sondeos de opinión registran un evidente rechazo hacia todos los partidos políticos, tanto del gobierno como de la oposición.
Pareciera que es momento de alertar sobre algunas situaciones que se han generado en las aspiraciones precandidaturales de los opositores. Un ejemplo a destacar es el caso de Manuel Rosales, gobernador del Zulia y ex candidato a la presidencia. Rosales, también jefe máximo de Un Nuevo Tiempo, no sólo ya seleccionó a su eventual sucesor –Pablo Pérez (que de paso no aparece mal en las encuestas)– sino que, sin admitirlo públicamente, está haciendo un trabajo político para aspirar a la Alcaldía de Maracaibo.
Lo primero que habría que decir es lo desagradable que resulta enterarse de ella a modo de chisme. ¿Por qué Rosales no habla con claridad? ¿Aspira o no la Alcaldía de Maracaibo? ¿Se va a medir igual que todos los precandidatos que prometen respetar la unidad? El caso de Rosales cobra relevancia porque no se trata de cualquier jefe opositor. Su comportamiento determina un estilo de hacer política que para algunos podría ser una referencia en las disputas candidaturales de gobernaciones y alcaldías. Amén de la decepción para el resto del país que alguna vez pensó que podía ser su presidente.
Además, tanto Un Nuevo Tiempo como cualquier otro partido político opositor deben leer las encuestas. La situación está muy clara: la mayoría de los precandidatos con posibilidades de triunfo, no son representantes de partidos políticos. La conclusión es sencilla. La balanza se inclina hacia los independientes, y si los jefes partidistas son responsables y tienen sentido común, tendrán que apoyarlos. Y en ningún caso caer en la tentación de evaluar muy mal al oficialismo, subestimando sus posibilidades y cayendo en la tentación de lanzar dos o más candidatos pensando que el antichavismo soporta hasta una votación dividida.
Pasaron los tiempos en que dos o tres partidos políticos se repartían el país como si fuera una torta. Ni Chávez podrá designar candidatos a dedo a espaldas de la voluntad de sus seguidores (a menos que quiera perder), ni los jefes de los partidos de oposición podrán acordar candidaturas para cumplir con cuotas. Si se les ocurriera tal desventura, esa mayoría del país que se opone a Chávez les cobrará caro otro nuevo error que fortalecería a quien ahora parece perdido. ¡

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