Por: José Guerra - Una de las enfermedades más agudas de la administració n pública en Venezuela es la corrupción. Hugo Chávez cabalgó durante mucho tiempo sobre la denuncia de los gobiernos corruptos del pasado y en ello tenía razón. El problema es que durante su gobierno se han roto los récords de manejos dolosos que mantenía Carlos Andrés Pérez, tanto en su primero como en su segundo gobierno.Desde que Tobías Nóbrega, a cargo del ministerio de Finanzas, comenzó a recurrir al expediente de realizar operaciones financieras con ciertos bancos para la colocación de títulos de deuda en condiciones ventajosas, con una opacidad total, los ministros restantes no han hecho más que replicar la experiencia nobregiana. Ahora todo ha empeorado desde el punto de vista de una sana y correcta política fiscal bajo la conducción de Rafael Isea a la cabeza de las finanzas públicas. Agobiados por la amplia brecha existente entre el precio del mercado oficial para tipo de cambio y la cotización del mercado paralelo, Isea está acudiendo al expediente de colocar notas estructuradas en el sistema financiero con el objeto de bajar el precio del dólar y lo ha logrado al enorme costo de propiciar la práctica corrupta de utilizar y compartir la ganancia cambiaria con algunos operados cambiarios einstituciones financieras. ¿QUÉ SON LAS NOTAS ESTRUCTURADAS? - Se trata de un instrumento financiero surgido de la combinación de bonos de deuda pública de Argentina, Ecuador y Venezuela, que fueron adquiridos por Fonden con las reservas internacionales que le confiscaron al BCV. Esos bonos se empaquetan en un título con lo cual se conforma uno nuevo, llamado nota estructurada, que tiene como base los papeles de deuda de los tres países mencionados. De esta manera, el Ministerio de Finanzas ha venido realizando adjudicaciones de estas notas en las últimas tres semanas con montos promedios de US$ 130 millones por operación, que asigna a dedo a algunos bancos y operadores cambiarios sin que medie una subasta o cualquier otro mecanismo que haga transparente ese proceso.Estas entidades financieras adquieren estas notas con bolívares al tipo de cambio oficial más una prima, vale decir a un margen sobre el precio del mercado. Esto con el objetivo de cubrir la pérdida en que incurrió Fonden al desvalorizarse los títulos de deuda de Ecuador cuando el presidente Rafael Correa anuncio una eventual moratoria de los pagos de la deuda externa. Los bancos y operadores compran las notas a un valor superior al del mercado porque luego dichas notas son negociadas en el mercado internacional, con lo cual se cambian las notas por dólares en efectivo. Con ese efectivo, los bancos y operadores se voltean al mercado paralelo de divisas y lo venden a un valor que excede al 100% del precio del dólar oficial, a quienes no pudieron adquirir los dólares oficiales por las restricciones impuestas por Cadivi. Posteriormente, la ganancia cambiaria de más de 100% se reparte entre el gobierno que emitió las notas estructuradas y los bancos y operadores que participaron en la transacción.Como se comprende, mientras más notas se coloquen aumentará la oferta de dólares en el mercado y su precio tenderá a disminuir como ha venido ocurriendo, pero también aumentará la rentabilidad de quienes participan en el negociado.LA GANANCIA. Se estima que entre 2004 y lo que va de 2008 se han colocado más de US$ 10.000 millones de esas notas y bonos argentinos, sin que se conozcan las condiciones financieras de esas colocaciones, con una ganancia para los operadores de más de US$ 1.500 millones, lo que constituye el negocio más rentable de Venezuela pero también el más formidable ilícito que se haya realizado en el país y que deja atrás de manera sobrancera los casos emblemáticos de corruptelas como lo fueron el Sierra Nevada y Recadi, cuyas cifras ahora lucen como simples propinas al lado de estos montos gigantescos que se transan en el ministerio de Finanzas de Venezuela, entidad que se ha convertido en un enorme bazar donde concurren apostadores y tahúres en la búsqueda de la oportunidad de oro cuando resultan favorecidos por asignaciones de notas estructuradas o depósitos oficiales a ser colocados en los bancos. De esta forma se ha articulado un inmenso circuito de corrupción como no se conocía en Venezuela, al menos en estas proporciones, en un gobierno que se dice revolucionario pero que está minado por una burocracia ineficiente, inepta y corrupta. Nada de esto se hubiese podido realizar sin la venia y el consentimiento del presidente Hugo Chávez.
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