lunes, 17 de marzo de 2008

La punta del Iceberg


Editorial - Emilio Figueredo Sábado - 5 de marzo de 2008 - Lo que hasta ahora ha aparecido en las computadoras rescatadas después del abatimiento de Raúl Reyes pareciera ser la punta del iceberg de la injerencia del chavismo en la política interna de Colombia. Pero eso no tiene que sorprender a nadie ya que la vocación confesa del régimen es divulgar, expandir y asistir a cualquiera que se oponga a los gobiernos de la región que no estén alineados ideológicamente con el socialismo del siglo XXI.Casos de injerencia han dado lugar a que se declare como persona non grata al Embajador Villegas en México y no sabemos cuanto tiempo mas será necesario para que se haga lo mismo con el Embajador Laguna en Perú y con el Embajador de Venezuela en Paraguay.Los chorros del petróleo venezolano inundan a los países de la región y en particular las arcas de cuanto radical, extremista, y anti imperialista decidan mostrar su apoyo incondicional con el líder de la revolución bolivariana. De eso disfrutan ahora, los sin tierra en Brasil, los piqueteros en Argentina, el Farabundo Marti en el Salvador, Ollanta Humala en Perú, Las FARC y Piedad Córdoba en Colombia, y tantos ejemplos más que nos brindan una clara idea de hacia donde se van los recursos del Estado venezolano.Esto continuará mientras los precios del petróleo estén a los niveles que están, pero aparte de desviar recursos necesarios para el desarrollo de nuestro país y el bienestar de su gente, esa injerencia constante en los asuntos internos de otros países y esa idea guevarista de la creación de múltiples focos revolucionarios en el continente no sólo es una ilusión sino que a la larga creará, en vez de una admiración y una amistad creciente con nuestra nación, una animadversión, que nos costará, años poder desmontarla. Si los ejércitos libertadores no sembraron, después de sus triunfos, amor en los pueblos hermanos imagínense cual será la reacción después de la lluvia petrolera que, en algunos casos, ha contribuido a la desestabilización de países de nuestra América con la excusa de que estos se incorporarán a esa utopía denominada socialismo del siglo XXI.

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