lunes, 24 de marzo de 2008

Un Árbol bonito


Existen personas en nuestras vidas que nos hacen felices por el simple hecho de haberse cruzado en nuestro camino. Algunos recorren el camino a nuestro lado, viendo muchas lunas pasar; a otros, los vemos apenas entre un paso y otro. A todos los llamamos amigos… pero hay muchos tipos de ellos. Cada hoja de un árbol simboliza uno de ellos. Las primeras brotaron de nuestros padres... Nos muestran lo que es la vida. Después los amigos hermanos, los hijos, con los que dividimos nuestro espacio para que puedan florecer como nosotros. Pasamos a conocer toda la familia de hojas a quienes respetamos y queremos bien. El destino nos presenta a otros amigos, los cuales no sabíamos que irían a cruzarse en nuestro camino. A muchos les llamamos “amigos del alma, del corazón” son sinceros y verdaderos. Saben cuándo estamos bien, saben lo que nos hace felices. A veces uno de esos amigos del alma se instala en nuestro corazón y entonces lo llamamos amigo enamorado. Da brillo a nuestros ojos, música a nuestros labios, agilidad a nuestros pies. También están aquellos que son amigos por un tiempo, tal vez por unas vacaciones, unos días, unas horas. Ellos también logran poner muchas sonrisas en nuestras caras durante el tiempo en que estamos juntos. No podemos olvidar a los amigos distantes… aquellos que están en las puntas de las ramas del árbol, que cuando el viento sopla siempre aparecen entre una hoja y otra. El tiempo pasa, el verano se va y el otoño se aproxima. Entonces perdemos algunas de nuestras hojas. Algunas nacen en otro verano, otras permanecen por muchas estaciones. Pero lo que nos hace más felices, son aquellas hojas que aun caídas permanecen a nuestro lado, alimentando nuestra raíz con mucha alegría. Con recuerdos de momentos maravillosos del tiempo en que se cruzaron en nuestro camino. Por eso te deseo, hoja de mi árbol, Paz, amor, salud, suerte y prosperidad ¡Hoy y siempre!. Simplemente porque cada persona que pasa en nuestra vida es única. Siempre deja un poco de sí y se lleva un poco de nosotros. Ésta, es la mayor responsabilidad de nuestra vida. La prueba evidente de que dos almas no se encuentran por casualidad. Deseo a todos los que cruzaron mi camino durante los años que tengo de vida y que me dejaron un poco de sí, una vida llena de bendiciones, de alegrías y de amigos. Amigos padres... Amigos hijos... Amigos hermanos... Amigos presentes... Amigos ausentes... Amigos... Amigos...
¡Feliz semana!.

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